Política

«No es antiético tener una pata en lo privado y otra en lo público; es antiético no trabajar con responsabilidad»

Luego de renunciar el año pasado a la Secretaría de Gobierno (por cuestiones personales), Maximiliano Caminada volvió a la función pública; esta vez como parte del Tribunal de Cuentas, en reemplazo del Dr. Fernando Mina.

A horas de ponerse en funciones, el tribuno habló de su nueva actividad, de cómo encontró el Tribunal, del recibimiento de propios y ajenos, y se refirió a algunos cuestionamientos que tienen que ver con su función tanto en la actividad privada como en la pública.

El año pasado renunció a sus funciones porque quiso «priorizar la familia», según manifestó en aquel momento. Hoy vuelve. ¿Cómo fue la decisión, a pesar de que formaba parte de la lista?

La verdad que me tomó por sorpresa. Yo siempre seguí en contacto con Facundo y el gabinete, sabía de los cambios pero desconocía cuales iban a ser. Cuando el intendente me llamó, y me preguntó si me decisión era volver o no, no lo dudé. Yo siempre creí en esta gestión; además no significa el mismo desgaste la función de la Secretaría de Gobierno que el Tribunal de Cuentas; esto es mucho más técnico.

De todas maneras, y a pesar de que es una función técnica, vuelve en un momento muy importante, en un año pre electoral. ¿Ud cree que podrá aportar desde lo político también? Considerando que siempre integró al mesa chica del intendente…

Yo creo que he construído a lo largo de los años que estuve en la función pública (tanto como concejal como el la Secretaría) importantes vínculos con mucha gente, con los centros vecinales, por ejemplo; y eso va a servir y mucho porque me va a permitir seguir trabajando con algunos sectores. Los que me conocen, saben que el trabajo me lo tomo seriamente y con responsabilidad, en el ámbito que sea. De esta manera voy a trabajar ahora para la gestión de Facundo y apoyando al candidato que venga.

¿Qué sintió con tan cálido recibimiento ayer en la jura de funciones? Tanto de propios como de ajenos

Cuando tomé la decisión de irme el año pasado me hicieron sentir que era importante mi partida, y ayer me recibieron muy bien; todas estas demostraciones de cariño son increíbles. Sobre todo cuando normalmente se lo tilda de «ñoqui» o corrupto a todo el que pertenezca al sector público. Que una persona tan crítica a la gestión, y con tantas diferencias políticas conmigo, como es Roberto Brunengo haya tenido las palabras que tuvo ayer, significa no solo la calidad de persona que es Roberto, sino también que siempre le he puesto todo al trabajo.

Cuando se conoció su regreso, además de los cálidos recibimientos, hubo críticas a su doble función, y muchos lo tildaron de anti ético ¿Qué opina al respecto?

No es antiético tener una pata en lo privado y otra en lo público; es antiético no trabajar con responsabilidad. Yo entiendo que mucha gente pueda opinar así, pero quizás se trate de gente que no me conoce. El que me conoce sabe que yo dejo todo en el trabajo, sea público o privado. El hecho de tener un trabajo no garantiza que se haga bien, y el hecho de tener dos tampoco. Lo que importa es de qué está hecho uno, y para mi los principios son el eje fundamental con el que hay que moverse en la vida.

¿Cómo encontró el Tribunal de Cuentas?

Muy prolijo, todo al día. Tanto Mina, como Carillo y Macari han hecho un trabajo excelente. Mi función acá no es hacer apreciaciones personales, lo que corresponde es que controlemos si los gastos están de acuerdo con la reglamentación vigente.

 

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