La justicia de Villa María, sospecha desde el primer momento de Rodolfo Delpino, su ex-esposo y padre de sus hijos, ya que la última vez que la vieron fue junto a él.
Desde 2005, el caso seguía sin resolverse y con pocas pistas o pruebas. Sin embargo en las últimas horas, con un dato certero y bajo la conducción de la fiscal Juliana Companys, de la Fiscalía Turno II de Tribunales de Villa María, ordenó excavaciones y operativos en un campo de Delpino.
En uno de esos rastrillajes, realizado en un campo de su ex-pareja, la justicia halló documentación que le pertenecía a la mujer. Aunque el libertad, su ex está imputado en la causa. El material estaba enterrado a un metro del suelo y no se encontraron restos óseos, informaron fuentes judiciales. Ahora resta analizar si estos documentos tienen o no relación con la causa.
Los operativos comenzaron los primeros días de agosto con participación de la Policía Federal, la Policía Judicial, la Gendarmería Nacional, personal del Ministerio de Seguridad de la Nación, bomberos voluntarios y personal de la Fiscalía. Pero se intensificaron este miércoles 18 de agosto, con un rastrillaje minucioso en el lugar mencionado.
Los rastreos se hicieron con la utilización de georadares y perros especializados, hasta que se llegó al levantamiento del piso de un galpón situado junto a la casa del campo. También se rastrillaron y excavaron viejas taperas, lugares donde supuestamente, según la investigación, se lo habría visto al ex-marido en algún momento.
Por encontrarse en etapa de investigación, Companys mantiene absoluta reserva sobre cuales serán los siguientes pasos. La fiscal continúa con la búsqueda, mientras que el fiscal Gustavo Atienza, fue quien elevó a juicio la parte del expediente que tiene como acusado a Rodolfo Delpino. Sin embargo, quedó abierta la parte de la investigación centrada en la búsqueda, con vida o no, de Mariela Bessonart.
El caso
Mariela Bessonart tenía 37 años cuando desapareció en Villa María el 28 de septiembre de 2005. En aquel momento, se llevaron a cabo intensos rastrillajes y operativos de búsqueda en distintas partes de la provincia de Córdoba, siempre con resultados negativos.
Solamente se encontraron algunos elementos que habrían pertenecido a la mujer, a la vera de una ruta en una zona cercana a Alta Gracia.
El misterio de su desaparición se fue agigantando con los años, y aún hoy, en 2021, no hay certezas ni respuestas respecto de su paradero.
La acusación inicial contra él era por “sustracción y ocultamiento de persona con fines coactivos”, pero luego cambió a “privación ilegítima de la libertad”, una calificación de menor gravedad.
La historia de Mariela y Rodolfo comenzó en un baile de pueblo y fue con flechazo. Ella tenía 16 y él, 21. Pero «no llegaron ni al año de noviazgo»: ella quedó embarazada y sus familias pensaron que lo mejor era que se casaran, aunque él fuera tan joven y ella una chica que tuvo que dejar la secundaria.
Tras el casamiento, se fueron a vivir a la que sería su casa de siempre, en el campo Los Zorros, cerca de Villa María. Allí tuvieron a sus otros hijos.
Puestos a reconstruir las últimas horas de Mariela, tanto la Policía como sus hermanos dieron en 2005 una versión que coincidía. El exmarido, con quien seguía teniendo un vínculo incluso tras una infidelidad y posterior separación, la visitó en la noche. Ella no quiso dormir con él. A la mañana siguiente la pasó a buscar. Eran las ocho y media. Un mecánico los vio juntos por última vez. Una amiga la llamó inútilmente al celular que ella nunca contestó. El resto, es ausencia y misterio.
Ahora, el hallazgo de documentos en el campo del ex de Mariela podría echar algo de luz a la oscuridad con la que viene chocando la Justicia.
Fuente: Clarín
Fotos: La Voz del Interior y Clarín.