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“Yo fui la falla del sistema y tapé el rencor con la lectura”

Nacido en “El Alberdi” (Rio Cuarto) en el 89, Damián es el segundo de tres hermanos y de niño no tuvo una vida fácil. En prisión,  conoció la lectura, se apasionó y quiso plasmar su historia en poesías. Así nace “La falla del sistema, la poesía mi libertad” y se lo cuenta a RESUMEN.

¿De qué trata este libro? y¿Cómo surge tu deseo de escribir?

El libro contiene poemas que hablan de la falla del sistema, de lo que pasó conmigo.  Es una invitación a reflexionar y preguntarse ¿Para quién son realmente las cárceles? ¿Para los delincuentes? o ¿Solo para una clase social?.

Me nació escribir por medio de una profesora, que es quien escribe el prologo del libro. Un día en el aula, dentro de la cárcel, después de dos años de estar cumpliendo una condena, hice un trabajo que le gustó a esta profesora, era algo del barrio. En ese momento sentí que por primera vez había hecho algo  que a alguien le gustaba y ella me alentó a seguir escribiendo. Me regalo un libro “la Venganza del Cordero Atado” de Cesar Gonzales, un pibe que estuvo preso en Bs As, y fue el primer libro que leí, después de varios días de haber estado en la mesita de luz. Era raro para mi tener un libro en la mano, y muchos más raro leerlo.

A penas lo abrí me encontré con una frase que me marcó: “es más peligroso un pibe que piensa que uno que roba”. Eso me llevó a leer el libro. Me intrigo saber porque pensar podía ser peligroso y más en ese lugar donde solo te quieren tener dormido, medicado, callado y sin pensar.Ahí comenzó todo, no solo lei el libro  sino  también lo que pasaba alrededor mío, a conocer y entender porque los pibes de mi barrio eran los que ocupaban siempre los pabellones.

Y… ¿vos sos ejemplo de esa falla? ¿Te referís a tu detención?

Sí, yo fui la falla del sistema y por eso el título del libro. Cuando cumplí 18 años, habían robado en una casa y me culparon, por eso estuve preso pero eso comenzó desde chico.A mí me tildaron de delincuente antes de serlo

¿Cómo es eso?

Mi primer detención fue a los 13 años en una garita de colectivo esperando a mi mama que venía de trabajar. En ese momento no consumía, no robaba, nada y me llevaron detenido porque resulté sospechoso. Me pegaron, me preguntaban cosas del barrio, que diga quienes vendían droga o quienes robaban. Yo sabía quienes pero yo no podía decir porque después tenía que volver ahí y, de ultima, ese trabajo no me correspondía. Mi mama al otro día hizo la denuncia en el juzgado de menores porque me dejaron todo marcado  y eso fue peor porque ese mismo policía me vio a las dos semanas cuando yo iba con un amigo, nos freno y al otro pibe lo dejo ir pero a mí me volvió a llevar. Recuerdo que dijo: “este es el que le gusta denunciar a la policía” y me golpearon de nuevo.  En ese tiempo denunciar a un policía no era como ahora, ahora te acompañan, hay organizaciones que te apoyan pero  en ese momento no.  Sino te de detenían te llevaban al  rio, o a la otra punta de la ciudad, te pegaban y tenías que volverte caminando, era una tortura. Después cuando  los veía corría y no porque llevara algo robado sino porque les tenía miedo, sabía que me llevaban. Mi mama le hizo varias denuncias  a este policía porque siempre me persiguió, hasta tuvo que hacerme un recurso de amparo porque yo no podía caminar por ningún lado. No podía cruzar la pasarela que divide el alberdi con el centro, tenía 15 años y no podía ir con mis amigos ni a tomar una coca. Me discriminaban por la gorra, por la forma de vestirme. Me  trataban como un delincuente y no lo era. Esas cosas también te van condenando. Ahora pienso que esa pasarela no solo dividía el barrio del centro sino que dividía una clase de otra, tanto que antes había un muro ahí.

Esa persecución policial que decís que tuviste desde niño ¿Te llevó a cometer errores?

Si. Yo después también me mandaba “mis mocos”, la persecución policial y algún problema que podía haber en mi casa, generaron que no fuera  al colegio, que estuviera a la esquina con los pibes, y la droga… que estaba en todos lados. Comencé a probarla como en broma y después se generó un consumo y ese consumo fue después problemático porque quizá iba y me robaba una bici para consumir, varias cosas se sumaban.

Estuviste pagando una condena ¿Por error?

Si, y costó que me creyera hasta mi familia. Habían robado joyas, dinero y otras cosas al parecer,  y me detuvieron a mí. Fue este mismo  policía, ahora  ascendido,  y en el área de investigación. Me detuvieron en un auto particular, me cargaron a mí a y a una chica que iba conmigo en ese momento, y empezaron a decirme que declare, que diga dónde estaba la plata.  Yo no sabía de qué hablaban pero estaba tranquilo porque sabía que no había hecho nada.

Cuando llegué a la comisaria, vinoun policía con un arma, que al parecer se la habían sacado  a otro chico de otra causa y se la dejo al que me detuvo, ahí este me dijo: “yo te dije que cuando cumplieras los 18 te iba a meter a la cárcel” y me pusieron el arma. Cuando fui a juicio, con toda mi ignorancia porque ni siquiera sabía lo que era el  código penal, el abogado que el estado me puso y que había visto solo dos veces, me dijo que me hiciera cargo.

¿Por qué?

Decía que así me iban a dar menos años. Querían que arregle en siete años con el juez y no ir a juicio pero yo no acepte porque era inocente, me negué  porque no me iba a hacer cago de algo que yo no hice. Y así fue, no me hice cargo, fui a juicio y me dieron 10 por robo calificado. A pesar de que las víctimas no me reconocieron, dijeron que yo no era porque recordaban que quien los había atado era más alto. Ahí creí que ya se aclaraba todo pero declaró ese policía y dijo que el arma me la había sacado el de la cintura y eso bastó para que me condenaran.

¿Qué sentiste?

Mucha bronca, no  tenía ganas de nada. Los primeros años en la cárcel fueron muy feos. Era chico y no entendía porque me habían hecho esto.  Pero después comprendí que tenía que ver con mi condición, con todo lo que me habían marginado y condenado desde chico.

Dijiste que en la cárcel y gracias a que te atrajo la lectura empezaste a entender  por qué los chicos de tu barrio eran los que ocupaban los pabellones. ¿Por qué?

Si, yo estuve en la cárcel de Rio Cuarto, el penal de Bouwer, el de san Martin y en San francisco…

¿Por qué tuviste tantos traslados?

Porque empecé a hacer eso que ellos no querían, pensar. Hacia escritos pidiendo por más derechos para las visitas, reclamaba mejores condiciones, etcétera y me iban trasladando. En la cárcel los pibes se cosen la boca o se cortan los brazos para reclamar y lo que hay que hacer es escribir y pensar, esa es la salida.

En la cárcel de Rio Cuarto la mayoría de los presos son de El Alberdi que es mi barrio, es uno de los más grandes. Adentro me di cuenta que  un 80 % de los pibes detenidos tenían casi mi misma edad, de entre 18 a 25 años y a través de un programa de alfabetización, donde enseñábamos a leer y a escribir, noté que la gran mayoría no tenía el secundario y muchos ni el primario. También podía ver que los pabellones estaban llenos de pibes y cada vez más chicos. La mayoría no conoce sus derechos, como yo cuando ingresé. Y yo creo que eso no es casualidad, y vuelvo a esa frase que me marco: “es más peligroso un pibe que piensa que uno que roba”. Tiene que ver con eso, ¿Para quien es la cárcel realmente? ¿Para los delincuentes? O ¿Para los ignorantes?

Recuperaste tu libertad en el 2015 y ¿eras una persona diferente a la que ingresó? ¿Pensaste en llevar a la justicia a aquellos que te condenaron injustamente?

No, porque ya era alguien distinto. Yo encontré con la lectura y la escritura el camino. Esa bronca que tenía contra la justicia la fui descargando en poemas. La gente te pregunta ¿Porque no haces nada? Pero… cuantos años mas voy a perder hasta que un policía vaya preso. Y yo no quiero dedicarme a eso, quiero contagiar a otros pibes y que se  les abra la mente con mi experiencia.

Trabajas en un taller de artesanías y  te abrió el camino también  la escritura pero ¿es fácil la reinserción?

No. Siempre vas a ser el que estuvo preso por robo. Pero no solo eso, en la cárcel de Rio Cuarto, por ejemplo, hay730 personas en un lugar que tiene una capacidad para 500. Esta superpoblada. Y adentro la droga esta por todos lados, ¿Cómo vas a recuperarte?, no es un lugar para eso, los pibes de ahí salen peor.

¿Cuáles son tus proyecciones a futuro?

Quiero seguir escribiendo y hasta tengo ganas de hacer un cortometraje, lo voy a hacer. De chico me gusto el cine, actuar, hice tres años de teatro y me gustaría hacer algo con los pibes del barrio para visibilizar esa parte que no se ve.

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