El Edil Radical planteó su oposición a la ordenanza, argumentando entre otras cosas, que con la misma se “lesiona el acervo patrimonial que identifica al barrio”.
La reciente aprobación de la ordenanza que prevé el cambio de nombre a calle Cervantes de Villa Oviedo por el de Miguel Ferrari, representante sindicalista afín al Justicialismo, trajo consigo un sinfín de controversias y una polémica que generó hasta la amenaza por parte de vecinos, de un corte de ruta.
El día de la votación, el Bloque Radical no avaló el proyecto y decidieron pasar a un cuarto intermedio. Sin embargo, con la decisión de los concejales de UPC, la propuesta de la Concejal Daniela Ferrari tuvo el visto bueno, razón por la cual se encuentra en espera a promulgarse.
Quien entró en la discusión y tomó la palabra por estas horas, es el Concejal Roberto Brunengo, manifestando su rechazo al cambio de nombre, a través de éste escrito: : “Brindar un merecido homenaje a personalidades de probada trayectoria en una Comunidad, colocando su nombre a espacios públicos como calles, avenidas, plazas o paseos, no debería implicar que se despoje a un barrio de un elemento tan caro a su historia y a su tradición, como lo es el nombre de una calle, en este caso la Cervantes, portadora de un significado simbólico, que ya es parte de la memoria colectiva de los habitantes de Villa Oviedo, uno de los sectores más antiguos de esta Ciudad. Mas allá que remita a la figura máxima de la literatura en Lengua Hispana, esta arteria tiene un alto contenido referencial para los vecinos desde el nacimiento del barrio mismo. Los barrios son construcciones sociales, son mapas de identidad donde la geografía está íntimamente ligada a la historia, por ende al imaginario colectivo de una Comunidad. Los nombres de las calles devienen de anclajes culturales muy unidos a relatos identitarios. Sin duda hay un profuso cúmulo de recuerdos y experiencias que unen a los habitantes a esta calle, por eso el cambio de nombre excede lo meramente administrativo, que de algún modo siempre se resuelve. Cada vecino percibe que le quitan, de manera inconsulta, una parte de su historia, de su memoria personal y colectiva. La UNESCO señala que para muchas poblaciones, el patrimonio intangible representa una fuente vital de una identidad profundamente arraigada en la historia. De ahí la resistencia que se genera en estos casos. No se trata de rechazar que se honre a una personalidad como la de Miguel Ferrari, quien fuera el primer Secretario General del sindicato de Trabajadores municipales de Alta Gracia, sino que se le asigne otro espacio que no lesione el acervo patrimonial que identifica al barrio”.
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