Desde hace meses, vecinos de la calle Avellaneda y zonas aledañas apuntan a la vieja casona (Villa Chichita) como el centro donde convive un grupo de jóvenes que delinquen en varios barrios de la ciudad. Las afirmaciones son acompañadas por las estadísticas de robos, hurtos y arrebatos que aumentaron en torno a esa zona, y experiencias de vecinos que manifiestan “no poder vivir en paz”. “Entran, salen, viene gente de barrio Sabattini y otros barrios. Hay corridas, peleas e intentos de robos. Sin ir más lejos el último delincuente atrapado por los propios vecinos, hace poco tiempo, es de ahí. Ya no sabemos qué más hacer, llamamos a la Policía, a Seguridad Ciudadana; vienen un tiempo, se quedan en frente, pero cuando se van todo vuelve a ocurrir”, cuenta una de las personas preocupada por la situación, quien prefiere no dar el nombre por temor a represalias. “Los tiempos del municipio no son los nuestros. Estamos cansados y, además, esto se pone más peligroso día a día. Hasta la misma gente que frecuenta el museo del Che ha sido abordada por delincuentes que viven allí. No puedo entender que se tenga en ese estado a una casa que forma parte de la historia de la ciudad. Si tenemos en cuenta ésto junto ala peligrosidad que significa vivir cerca, vemos un estado de inacción de las autoridades increíble”, agrega otro de los vecinos, que dice que ya no sabe a quien más recurrir; quien además, agrega: “Tanto Seguridad Ciudadana, como la Policía acuden a nuestros llamados, pero ellos ¿qué pueden hacer?, acá se trata de tomar medidas urgentes, pareciera que esperan que pase una desgracia”, finaliza.
El proyecto ¿en marcha?
Cabe recordar que Villa Chichita se encuentra usurpada desde hace varios años. En junio de 2015, la secretaria de Cultura, Adelina Coda, habló sobre el museo interactivo en relación al Che que está planeado en la casona, y que desde el año 2014 el municipio había comenzado a trabajar. En junio de 2016, el Ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos, hizo una recorrida por la ciudad, y apoyó dicho proyecto; sin embargo nada ha cambiado hasta el momento; sólo la cantidad de gente que vive en el lugar (en un primer momento se calculaba que eran 11, y ahora podría haberse duplicado) y el aumento progresivo de hechos delictivos que tiene en vilo a las familias circundantes. Desde la Asesoría Letrada .del municipio, afirman que “la gente que vive en el lugar sabe que tiene que irse, y está en marcha un proceso (que incluye la intervención de la Senaf, porque hay menores de edad en el lugar) para retirarlos de la casona”. “Es una preocupación para nosotros, se van a tomar medidas, pero es un proceso que lleva tiempo”, afirmó al respecto el asesor letrado de la municipalidad, Daniel Villar.
Lo cierto es que mientras el municipio continúan esperanzado en que desde la cartera nacional se aporten los fondos para financiar el proyecto Villa Chichita, y aguardan que los plazos legales se cumplan, el sitio luce como símbolo de la desidia, la pobreza y como uno de los epicentros de la delincuencia local.