«Ustedes me ayudan a profundizar la palabra de Dios. Los quiero un montón»

Así agradeció Marcos Cabrera, en lenguaje de señas, a la comunidad de sordos que lo acompaña desde hace 11 años. Ayer padre Marcos asumió como nuevo párroco de la Iglesia Nuestra Señora de la Merced luego de la salida de Marcelo Siderides.

Ayer 16 de febrero se realizó la misa de asunción de Marcos Cabrera el nuevo sacerdote de la Parroquia Nuestra Señora de la Merced. El evento contó con la presencia del Arzobispo de Córdoba Monseñor Carlos Ñáñez.

En noviembre del año pasado fue noticia la decisión que Monseñor Carlos Ñanez del Arzobispado de Córdoba, había tomado con respecto al futuro del polémico Párroco   Marcelo Siderides, quien luego de 10 años de estar al frente de la parroquia Nuestra Señora de La Merced, fue designado a ocupar esa misma silla pero en la localidad de Despeñaderos.

Luego de la celebración oficial y de las palabras del Arzobispo y del nuevo sacerdote, hubo un cierre emotivo con llanto y aplausos: Marcos Cabrera, quien había dispuesto unos asientos reservados para la comunidad de sordos y que toda la misa y el acto de asunción contara con lenguaje de señas, quiso agradecer personalmente a quienes lo acompañaron durante 11 años.

«La semana pasada estuve trabajando mucho para arreglar la casa nueva. Pensando a donde pongo esto libros y las demás cosas. Estaba muy ocupado preparando todo. Pero en ese momento tuve muchísimos pensamientos: y pensé que quería darles las gracias por el tiempo que me brindaron. Hace 11 años atrás nosotros nos encontramos y empezamos a compartir juntos y a celebrar juntos. Me acuerdo que justo en ese momento yo empecé a ser cura. Por eso, ustedes, desde siempre han estado cerca de mí y han tenido una presencia muy importante. Lo segundo que pensé es que cuando yo llegué a  Fátima ustedes vinieron, ¿se acuerdan?, y me encanta verlos hoy.Les quiero agradecer profundamente y de todo corazón porque ustedes me ayudaron y me enseñaron porque yo siempre estoy buscando la mejor forma en la palabra para hablarles de Dios  y ustedes me ayudan a que yo pueda profundizar esta palabra. Los quiero un montón. Gracias por todo«.

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