“No vamos a inventar nada, quédense tranquilos. No vamos a rifar 8 años de exitosa gestión por caprichos de ninguno. Vamos a llevar al compañero que gane, para seguir dando soluciones a todos los compañeros peronistas”. Esa frase pronunciada por el Legislador Walter Saieg el 1 de noviembre de 2017 en SMATA fue como la declaración de una guerra que esta vez no iba a permitir arreglos. El “capricho” de Facundo Torres por imponer al hermano se transformó en una interna abierta y democrática, pero votada de una forma políticamente o peronisticamente incorrecta. Y el capricho de no participar, no votar y, supuestamente obrar en contra, quedó en manos de saieguismo.
Pero aún así, Facundo Torres no paró de fogonear el conflicto aún frente a una población ya cansada de ese tema y de los dramas del peronismo local.
Esa grieta que empezó con la derrota de Hugo Testa frente a Bonfigli con supuestas huellas de Saieg en los resultados, había podido de alguna manera si no subsanarse, por lo menos volverse sociedad. En 2011, cuando Torres tenía la ambición de postularse para Intendente, se atragantó la bronca y se bancó que Saieg lo primerear en su lanzamiento y terminó, arreglo más, arreglo menos como Vice.
En 2015, cuando Saieg volvió y tenía toda la intención de hacer lo mismo, Torres amenazó con renuncia colectiva, tomó licencia y sacó los dientes. Esa vez, Saieg cedió. Lo que no pudo hacer bien el Legislador es fomentar y construir cuadros que pudieran pechar o representar un riesgo real en números y encuestas para los Torres. Juan Saieg, nunca pudo ser realmente un candidato, en parte también porque jamás lo dejaron.
Sin descendientes, el Legislador se vio avasallado por la lógica del semillero de Hugo Testa, quien dio un paso al costado en su momento y se dedicó a fomentar un equipo de posibles candidatos, para ganar. Pero por sobre todo, sin miedo a perder, cosa que Saieg, personalmente, no podía permitirse. Ese límite hizo que las PASO se volvieran un trámite de legitimización y Saieg no hizo nada. O casi.
Sin embargo, con despidos, chicanas, provocaciones, nada terminó ahí, porque el Intendente Torres siempre tuvo en claro que no era suficiente ganar y lograr que Marcos Torres asumiera. Sino que había que hacerlo con un triunfo tal que garantizara llevar a Córdoba ese mismo domingo la cabeza de Saieg. Una victoria abrumadora y una humillación que pudiera significar aumentar su peso en un contexto de un peronismo provincial alterado por la renovación ,l a muerte de De La Sota y las elecciones nacionales.
Es así que con muchos malhumores, quejas y hasta miedos innecesarios, Facundo Torres priorizó su voz, sus salidas polémicas en la prensa, se autodesignó Jefe de una Campaña diseñada para él y le dio una sinnúmero de herramientas a la oposición que trató de aprovechar todo lo que pudo esa interna que parecía lo único que podía quebrantar una de las gestiones más brillantes y eficientes de la historia y la imagen de un Intendente por sobre el 80%. Y Walter, una vez más, transformó el dicho del General “para un peronista no hay nada mejor que otro peronista” y volcó a su gente a la provocación y al daño. Ahora, luego de anoche, queda claro si eso valía la pena o no.
¿Alejado del poder?
Walter Saieg empezó hace unos meses atrás a tener un protagonismo inesperado en la campaña de Alberto Fernández. Pegado al Senador Carlos Caserio, el Legislador podría soprender con algún cargo en Buenos Aires o con un rol preponderantes en la Provincia. Algunos sugieren que hasta podría estar a cargo del PAMI Córdoba.¿Se llevará a todos los suyos?
¿Y el partido?
Antes de las elecciones provinciales de este mayo, hubo una reunión en el PJ en las que tanto Walter Saieg así como Facundo Torres presenciaron una acto en la sede partidaria arengando a la militancia a trabajar para el Gobernador. Dato no menor, en esa elección también se jugaba Saieg como Legislador Departamental y Torres como Provincial. En esa ocasión, y luego de los resultados de algunas comunas, Saieg reforzó cpon frases polémicas que, sin el peronismo unido ( y su liderazgo) no se podría ganar. ¿Y ahora? Torres va por el PJ?
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