
El violinista Manfredo Kraemer, reconocido internacionalmente por interpretación del violín barroco, es el director artístico del Festival de Música Barroca que comenzó en el 2000. En la noche inaugural de la edición de este año, hizo un fuerte discurso (posteriormente difundido por las redes sociales, a través de una carta) acerca de los recortes presupuestarios y el abandono que el evento de elevado contenido cultural y artístico ha sufrido este año: «Fruto amargo del desinterés de las autoridades… del profundo desinterés, si se me permite el cuasi-oxímoron, el festival vive desde hace tiempo un declive y una realidad preocupante que hace peligrar su misma existencia. (Y sé bien que la insensibilidad y desinterés de las autoridades por la cultura atañe a muchas otras áreas: no sirve de consuelo que el mal sea de muchos)», afirma Kraemer, a la vez que aclara que «por recortes presupuestarios, a 7 conciertos el festival, cuando habíamos programado en el pasado 10 y hasta 12 conciertos, este año queda reducido a 5 conciertos».
Además el violinista les explica al público presente en el templo de la Compañía de Jesús de Córdoba que «muchos de los músicos participantes del concierto de esta noche no han cobrado aun los honorarios por su participación el año pasado. Algunos de entre ellos sufrieron la cancelación de sus conciertos el año pasado. Casi ninguno de los artistas provenientes del extranjero, españoles, holandeses, chilenos, ha cobrado por su participación el año pasado, y no hay indicios de cual pudiera ser la fecha en que se honre el compromiso asumido con ellos».
El evento llega esta noche a Alta Gracia, las 21:00 en la Parroquia Nuestra Señora de La Merced, templo de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia, se presenta Flos florum -Flor de las flores-, un programa que contiene música de los siglos XIV y XV escrita por Walter Frye, Guillaume Du Fay y Johannes Chiconia. La Sambuca ilustra el período de transición entre el final del siglo XIV y la primera mitad del XV, del fin del Medioevo al inicio del Renacimiento, con motetes, himnos y secciones de misa.
El discurso
Copia del saludo que dirijí al público en el concierto del 1 de noviembre 2017
(y comunicación pública de su triste estado)
Querido público,
es una enorme alegría poder saludarles nuevamente, al cabo de un año, y cada año desde hace 16, y darles la bienvenida a nuestro querido festival de música barroca.
No obstante esta alegría y sincera emoción, me dirijo a ustedes en esta ocasión más bien y sobre todo porque creo que no puedo privarles de adquirir conocimiento de algo de la trastienda del festival, porque también aquí no es oro todo lo que reluce. No me es posible ocultar durante más tiempo, que no tenemos en realidad motivos para festejar. O motivos muy modestos, si cabe celebrar como éxito el haber logrado, un año más, evitar el naufragio del festival.
Supongo que ni a los menos avisados habrá escapado el hecho de que, tras haber tenido que cercenar el año pasado, por recortes presupuestarios, a 7 conciertos el festival, cuando habíamos programado en el pasado 10 y hasta 12 conciertos, este año queda reducido a 5 conciertos.
Tras haber tenido el festival un comienzo muy promisorio: lo recuerdo, en una de las primeras ediciones aterrizó un helicóptero en la estancia de la Candelaria, era el señor gobernador con comitiva asistiendo a un concierto y honrándonos con su presencia e interés, este año no alcanzamos siquiera a cubrir todas las sedes que conforman la red de estancias jesuíticas declaradas por la UNESCO en el año 2000 Patrimonio de la Humanidad.
Fruto amargo del desinterés de las autoridades… del profundo desinterés, si se me permite el cuasi-oxímoron, el festival vive desde hace tiempo un declive y una realidad preocupante que hace peligrar su misma existencia. (Y sé bien que la insensibilidad y desinterés de las autoridades por la cultura atañe a muchas otras áreas: no sirve de consuelo que el mal sea de muchos)
Muchos de los músicos participantes del concierto de esta noche no han cobrado aun los honorarios por su participación el año pasado. Algunos de entre ellos sufrieron la cancelación de sus conciertos el año pasado. Casi ninguno de los artistas provenientes del extranjero, españoles, holandeses, chilenos, ha cobrado por su participación el año pasado, y no hay indicios de cual pudiera ser la fecha en que se honre el compromiso asumido con ellos. Quiero aprovechar la oportunidad de agradecer a todos estos músicos por su paciencia y fidelidad, a pesar de todo.
No poder cubrir todas las sedes de la red de estancias es, debo decirlo, una frustración y decepción mayor, y un motivo de seria preocupación. Cuando un puñado de gente, un muy pequeño puñado de gente, comenzamos allá por el año 2000, y desde entonces siempre voluntariamente y ad honorem (es decir gratuitamente) a organizar este festival, soñamos y ambicionamos no sólo fundar el primer festival de música barroca en Argentina, sino hacer un aporte creativo a la gestión idónea de “nuestro” patrimonio de la humanidad.
Como se sabrá quizás, la Unesco condiciona la declaración de Patrimonio, pero también la conservación de dicho título, a la gestión adecuada del mismo.
Esa era nuestra ambición más profunda: hacer un aporte para promover la percepción de unidad de la red de estancias, o dicho en términos de mercadotecnia, para llenar la marca “Camino de las Estancias” con sentido y contenido. Y tratándose de un festival de música barroca, un contenido congenial y armónico con el estilo edilicio de nuestros monumentos jesuíticos.
Es esto lo que está ahora mismo en peligro.
Nos corresponde en los años venideros relanzar el festival y no sólo llevarlo nuevamente al nivel de sus mejores años, sino a crecer y evolucionar, cosa que era por supuesto nuestra aspiración inicial. Para ello hemos de recurrir a toda nuestra creatividad y encontrar y ampliar y asegurar nuestras fuentes de financiación.
Habiendo sido yo junto a algunos otros “partero” del festival, no puedo ni quiero sufrir ser el administrador de su agonía ni quien certifique su defunción, de modo que quizás, a menos que soplen pronto mejores vientos, sea esta la última vez que me encuentre al frente de su dirección artística.
Con lo dicho anteriormente quiero dejar aclarado que presido este concierto y festival bajo protesta. Y aun así, lo escucharán ustedes enseguida espero, lo presido con el entusiasmo de todos estos años en que nos han acompañado ustedes tan fielmente.
Confío que lo dicho sirva apenas de información, sinceramiento y base de reflexión, y no empañe el deleite de estas cinco veladas musicales que comienzan hoy.
Agradezco nuevamente mucho la presencia de todos ustedes, y les deseo disfrute y buena escucha,
Manfredo Kraemer
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