Hace exactamente tres años atrás, un vecino de B° Lalahenes, en diálogo con RESUMEN, contaba la situación de la cual había sido víctima luego de pactar el trueque de un caballo por otro, con un vecino de la ciudad. Hecho que terminó en perjuicio solo para él y su familia.
El hombre tenía una potranca, la cual había obtenido de un acuerdo con una vecina de Villa del Prado. Por la misma había pagado unos 7 mil pesos en efectivo y entregado una desmalezadora. Pero el hombre necesitaba un animal más manso para su hijo por lo que decidió cambiarlo y aquí vino la gran estafa.
A través de las redes sociales, un tal Franco ofrecía su caballo a cambio de otro que sea «chucaro». Sin dudarlo, el vecino se comunicó con él y llegaron a un acuerdo.
A los pocos días alguien se apersonó en su casa diciéndole que era el dueño real del animal y tenía documentos que daban fe de ello. «No me quedó otra que dárselo», había contado el damnificado a RESUMEN, quien tras esto regresó a la casa del falso vendedor y fue atendido por el hermano de esté, un policía que le pidió que se retirara y no ocasionara problemas.
La situación era más grave aún. Ese animal había estado en dicho domicilio a modo de «depositario judicial» en el marco de una investigación que estaba en proceso. Es decir, estaba en la casa de un cabo de la patrulla solo de resguardo, sin embargo éste y su hermano lo habían ofrecido por las redes sociales.
El caso fue denunciado hasta en el Tribunal de Conducta policial pero, y según recordó Milagros, esposa del damnificado en las últimas horas, nunca obtuvo una respuesta.
«Pasaron tres años y el caso quedó en la nada. Nosotros fuimos estafados, no solo por el animal y el dinero que antes habíamos pagado por el, sino que además jugaron con la ilusión de un niño, mi hijo», expresó.
¿Cuantos casos más hay como este?.