Un grupo de ocho alumnas del taller de Beatriz Laborde procedentes de distintos puntos del país, realizó un mural en mosaico con la temática de paisaje. En este estuvo inspirado en base a una imagen del Tajamar producida especialmente para la ocasión por el fotógrafo Gonzalo Pagani.
Tras dos jornadas completas de producción, el mural fue colocado en el Jardín de Infantes Merceditas de San Martín, ubicado en la intersección de Belisario Roldán y Bolivia, para sorprender a los niños y la comunidad en el próximo regreso de las vacaciones invernales.
Esta obra representó una imagen típica de la ciudad de manera colorida, con un formato no tradicional con sus bordes irregulares fieles al estilo del fotógrafo, utilizando dos paredes del jardín. Otras de las características que presenta es que mide 2 mts. por 1, 35 mts. Y ha sido pensado con la posibilidad de ser continuado en el futuro. Hay que destacar que esta técnica milenaria garantiza su permanencia en el tiempo, sin decolorarse y de fácil limpieza.
Las alumnas que participaron en esta iniciativa fueron Mónica Fanti, Graciela Pedernera, Clide Idañez, Mariela Liendo, Mercedes Inés Pasquali, Karina Elizabeth Zazua, Elvy Roldán y Claudia Duguech.
Otro más
Anteriormente el taller había realizado varios murales en la ciudad, interviniendo diferentes espacios con la intención de acercar el arte del mosaico a la comunidad, como el Jardín José María Paz, la Escuela Víctor Mercante, el dispensario municipal Dr. Carrillo, el IPET 132 Paravachasca, siempre en la búsqueda de espacios públicos y tratando de resignificar y poner en valor sus fachadas. En esta ocasión el objetivo fue acercar las obras a la zona céntrica de la ciudad; la ubicación del San Martín representa no solo un espacio muy concurrido por sus habitantes sino que también se trata de una institución con una amplia trayectoria e historia arraigadas en la ciudad y a punto de cumplir su aniversario el próximo año.
En relación a las artistas que tuvieron la posibilidad de participar en esta iniciativa, Laborde explicó RESUMEN que se trata de adultos con conocimientos previos de la técnica, especialmente por la complejidad de la imagen. La mitad de sus creadores tienen procedencia local (incluso ex alumnas del jardín) y otras participantes de distintas procedencias, como Tucumán que quieren profundizar en el conocimiento de la técnica e incluso enseñan las mismas en sus propios talleres.
Experiencia enriquecedora
Beatriz Laborde se mostró muy satisfecha por la obra: “Las sensaciones siempre son muy gratificantes no solo por el logro obtenido y la respuesta positiva de la comunidad, sino también porque en el trabajo en equipo siempre hay aportes y aprendizajes nuevos, y especialmente se crean lazos o se profundizan los existentes. Es una experiencia muy enriquecedora de distintas formas”.
Beatriz Laborde tiene de 37 años, es licenciada en pintura y profesora de Artes Plásticas egresada de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Allí se nutrió de una formación sobre historia del arte y corrientes estéticas pero su pasión por el mosaiquismo la fue desarrollando en sus viajes por España y México, y también, en algunos cursos y talleres que fue encontrando a la largo de los años en las ciudades de Córdoba y Buenos Aires. Así se fue perfeccionando, hasta que se animó a instalar su propio taller, y dar clases, en 2016.