Hace un año exacto, finalizó el desalojo del Camping Municipal, en el que se habían instalado algunas familias. Según informó esta mañana la Fiscalía, anoche un sujeto fue denunciado por cortar los alambres perimetrales, en un supuesto intento de robo. Sin embargo, el cerco está dañado en varias partes y el camping está en las mismas condiciones, que hace un año atrás.
Intimación y operativo
En julio de 2017, un grupo de funcionarios y empleados del municipio, se había hecho presente en el Parque García Lorca para exigir a las familias que estaban viviendo en carpa en el lugar, a que desalojaran la zona.
En el predio eran aproximadamente 20 las carpas – la mayoría tapadas con lonas de color negro “para parar la lluvia”- que se levantaban entre la ropa colgada y el humo del fuego que prendía cada mañana para poder calentar agua. La improvisada “comunidad” estaba compuesta por algunos que ya hace varios meses se alojaban ahí y los artesanos que solían pernoctar por dos o tres días. La decisión de desalojo recibió sendas críticas en las redes sociales, y se produjo solo luego que la situación se hiciera pública a través de este medio. En todo caso, cada uno de los ocupantes del lugar se fue “por su propia voluntad” y se le dio el tiempo para encontrar una alternativa y mantuvieron un diálogo con personal de la Secretaría de Desarrollo Social.
¿Y ahora?
Una de las explicaciones que se brindaron en ese momento, desde el Municipio, más allá de la ilegalidad, era la inminencia de un paquete de obras que deberían llevarse a cabo con cierta urgencia y el «sueño» de nuevos proyectos. Entre las obras efectivamente realizadas, el alambrado nuevo, limpieza del lugar y la pasarela que comunica con el otro lado del arroyo. Todo eso se hizo, pero no hay ningún proyecto concreto, o inmimente, para esas instalaciones.
Lo que se hizo, se deshace rápido; tan rápido como cortar un alambre.