Un día como hoy Mayra e Imanol recibían, seguramente, la peor noticia de sus vidas. Teo, su pequeño hijo de algo más de un año de edad, había dejado de existir luego de luchar por algunas horas en un nosocomio cordobés al cual había llegado derivado del Hospital Illia, con casi nulos signos vitales y en estado crítico.
El niño estuvo sumergido «vaya a saber durante cuanto tiempo», en la pileta de la guardería RecreArte. Si, en una guardería, lugar que se supone es «asistencial» y de «cuidado». En ese entonces el fiscal Emilio Drazile entendió el causal de la tragedia como un acto «negligente» e «involuntario» e imputó a María Inés Conde y Mariela Sabich (encargada y maestra del lugar) de Homicidio Culposo. Carátula que es y continua siendo cuestionada. pero, de todos modos, ni siquiera bajo esa acusación la causa pudo llegar a juicio. Si bien la misma fue elevada en diciembre de ese mismo año por el fiscal Diego Fernández, hubo en el medio dos recursos presentados por la defensa, atendiendo a la negativa de las imputadas de reconocer responsabilidad alguna, intentando llegar a una instancia de juicio abreviado y allí, salir absueltas. Increíble pero real.
No obstante, en diciembre de 2019, la Camara de Apelaciones consideró que hubo responsabilidades directas de las imputadas y negó el pedido. Desde entonces la causa aguarda juicio oral.
Pero pasaron ya tres años y todo parece estar como el primer día. “Acá hay una familia que no es la misma. Teo era hijo, era hermano, era nieto, sobrino y duelen muchas cosas. No se si hay algo mayor detrás de esto, no se como ellas pueden vivir como si nada, ir al super, viajar, andar con total impunidad, sin ningún remordimiento”, había expresado Mayra a nuestro medio a poco mas de un año del hecho. Ellos, se enteraron que Mariel Sabich estaba dando clases de violín en una localidad de Calamuchita. La mujer- imputada por la muerte de un niño que debía estar bajo su cuidado- seguía trabajando con niños. Algo, por lo menos, intolerable y altamente repudiable.
Diego Agüero, abogado de los papas de Teo, reconoció que el caso no fue tomado como una prioridad por la Justicia Provincial, argumentando que siempre la tienen «las causas con preso». Después vino la sorpresiva pandemia y los tiempos se siguieron dilatando. Recordemos que ellos intentan un cambio en la acusación inicial porque sostienen que no fue un acto accidental. Alguien puso a Teo dentro de la pileta, el no lo podría haber hecho solo. «Acá hubo dolo y es lo que queremos que se modifique», sostuvieron.
Una condena a las acusadas no de devolverá la vida a Teo; eso esta claro. Pero ¿Qué se supone que la familia debe hacer?, ¿Cuánto tiempo más deben esperar para que alguien pague por la muerte de su hijo?. No son los zapatos de quien escribe y seguramente de los muchos o pocos que puedan estar leyendo; pero son los zapatos de Mayra e Imanol, los de su hijo Valentino y hasta de Máximo, su nuevo hermano al que Teo no puedo conocer. Un lugar que nadie quisiera ocupar.
Justicia por Teo
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