
Una de las fechas más importantes de la historia argentina pasó hace sólo 6 días. Hay muchas cosas para analizar, positivas y negativas; muchas observaciones que personas molestas como los periodistas solemos hacer a menudo; sin embargo, más allá de todo… debemos concluir que se vio lindo, pero dejó un leve sabor amargo.
En esta como en otras manifestaciones populares el estandarte de la politiquería ocupó la primera posición, allá, en la delantera, jugando a arrasar con todo el que intente opinar diferente. Y de nuevo se cayó en la dicotomía de “hasta donde se puede” y “hasta donde se debe” llegar… dicotomía que no interfirió demasiado en aquellos que llevaron adelante los eventos, ¿no?
Vale aclarar la diferencia, no estamos hablando de políticos, aquellos seres combativos, pensantes y progresistas que están en vías de extinción; hablamos de politiqueros, aquellos que constituyen la mayoría y que actualmente “nos representan”.
En fin, fue un 25 de mayo original, claro que sí… sólo me gustaría saber cuánto de originalmente positivo tuvo para aquellos que realmente decidimos desde el comienzo sentir la patria…
Timonazo
De cualquier manera no podemos seguir hablando de aquellas cosas que nos molestan y que no podemos modificar; mejor cambiamos de tema y orientamos la antena hacia el fútbol, les parece? Si hay algo popular, masivo y que siempre mantuvo ocupada la cabeza de los argentinos en tiempos difíciles… ese es el fútbol.
Nos la ocupó mientras los soldados argentinos se debatían entre la vida y la muerte en las Islas Malvinas, nos la ocupó mientras Argentina vivía una época nefasta de represión y muerte y la ocupa hoy mientras un periodista intenta contar aquello que, tras investigación, aparece como cierto.
¿Quizás esto se convirtió ya en una guerra de pasiones? Pasión por mostrar algo que intuíamos que pasaba en nuestro país desde hace muchos años, sólo que en diferentes medidas; pasión por ocultarlo, pasión por desmentir… y ahí vamos a otro punto muy interesante… a los argentinos nos gusta hablar (como en la cancha de fútbol, vio?) pero después, “cuando las papas queman”… arrepentirnos y desmentir.
En todos los niveles prevalece hoy esa clase de gente, es un detalle muy importante a tener en cuenta ya que de alguna manera representa una característica preponderante en el argentino, no muy decente, claro, pero característica al fin.
Para la Real Academia Española, desmentir significa: Decir a alguien que miente; sostener o demostrar la falsedad de un dicho o hecho y desvanecer o disimular algo para que no se conozca; creo que en este último punto está el meollo de la situación.
Hasta hace algún tiempo, esta era una característica prácticamente privativa de los “politiqueros”, pero como ahora están “tan cerca de la gente” (cosa que antes no sucedía) se convirtió en un rasgo de argentinismo propio dentro de una metamorfosis difícil de entender.
Con un pequeño texto de la popular obra “Metamorfosis” de Franz Kafka, se pueden hacer algunas observaciones abstractas/reales que más allá de “molestar” representan una realidad absoluta: “Una mañana Gregorio Samsa se despierta en su cuarto convertido en una extraña criatura insectoide (escarabajo pelotero según su versión original). Su primera preocupación, a pesar de la horrible situación en la que se halla, es que llegará tarde al trabajo y perderá el tren que tenía que tomar… Cuando, por fin, todos descubren el nuevo estado de Gregorio, la familia pasa del horror inicial a tratarlo con abnegación, como una carga o un molesto deber… Aunque Gregorio conserva en todo momento sus facultades mentales, su incapacidad para hablar hace pensar a la familia que no es ya más que un animal que no puede comprenderlos, y que ha perdido su sentido racional…Gregorio vuelve a su habitación y muere por no comer nada, de inanición, abandono y una infección causada por el ataque de su padre. Al descubrir su cadáver, la familia siente que se les ha quitado un enorme peso de encima y comienzan a planificar el futuro, salen en un viaje y cierran rápida y definitivamente esa etapa de sus vidas con las esperanzas puestas en su hija.» Metamorfosis de Franz Kafka (1912).
Queremos ser mariposas pero negando las transformaciones… Demostrar cuánta verdad hay en aquellas cosas que no son ciertas, cuánto de mentira hay en las cosas lógicas y cuanto de fantasioso hay en las transformaciones es sólo una cuestión de metamorfosis… metamorfosis bastante complicada de entender.
Claudia Fernández
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