Todavía no avanza la Ordenanza de las PASO

Se espera una jornada álgida en el Concejo en cuanto el Secretario Legislativo y el Viceintendente no habrían firmado el texto del código electoral para que sea elevado al Intendente.

Para esta mañana se espera una sesión caliente, atípica, en la que podría pasar de todo, o simplemente nada.
Por un lado, el miércoles pasado fue aprobado el Código Electoral Municipal por siete de los ocho Concejales, habiéndose opuesto solamente la edil Daniela Ferrari. Entre la facultades del HCD está justamente la de dictar ese tipo de ordenanzas específicas.
La sesión pasada todo se desarrolló en un santiamén, sin que la propuesta fuera debatida, sobre tablas y con un acuerdo previo, trasversal entre parte del peronismo y el bloque de la UCR.

Los siete que votaron Agazzi, Urreta, Roca, Brunengo, Carignani, Morer, Rodríguez aseguran que se respetó todo tipo de reglamento interno y proceso legal: el proyecto fue presentado en tiempo y forma, su tratamiento fue regular, su aprobación inapelable y solo esperan que el Viceintendente y el Secretario Legislativo cumplan con el artículo 143: “ Los proyectos de ordenanzas que hubieren recibido sanción definitiva del Concejo serán comunicados de inmediato al Intendente Municipal”. En ese punto entra en juego el artículo 89 de la Carta Orgánica que afirma: “Aprobado un proyecto de ordenanza por el Concejo Deliberante, pasa al Ejecutivo para su promulgación y publicación”.

Nada de esto pasó, porque el Viceintendente no piensa firmar un Código que él mismo definió “legal pero no legítimo”, en referencia a las postura de los distintos partidos políticos que salieron a reclamar por el 8% de piso previsto para acceder a las Generales.

Ahora bien, está claro que una cosa no quita la otra. Por un lado, el Viceintendente tiene entre sus funciones la obligación de proclamar la ordenanza. El Intendente deberá decidir, una vez que la reciba, si la quiere vetar en general o en particular. En este caso, Facundo Torres ya anunció a este medio que vetaría el artículo 18 que implica justamente un piso que para muchas organizaciones políticas representa un límite a la participación. Pero no podrá tomar ninguna carta en el asunto si el Viceintendente no firma. Y, un paso previo a eso, es la redacción y la firma del Secretario Legislativo que tampoco estaría cumpliendo con ese paso. Sin embargo Javier Almada, por su misma función responde a Juan Manuel Saieg, como establece la Carta Orgánica “dependerá directamente del Viceintendente debiendo jurar ante él…”.

Por eso mismo, los Concejales ya elevaron notas, solicitando que se cumpla con lo establecido para que Torres pueda llamar a elecciones o evaluar su derecho de veto. Lo que podría darse hoy es que los concejales, los siete o parte de ellos, busquen “puentear” a la jerarquía del legislativo y eso implica apelar al “incumplimiento del deber de funcionario público” por lo que se puede pedir la remoción del Secretario Legislativo ( por mayoría), del Viceintendente (con un largo juicio político que culmina en un referéndum). O más bien tratar que el Concejal Leandro Morer pueda asumir la responsabilidad de remitir la ordenanza a Torres, siendo él el tercero luego de Juan Saieg Presidente, Daniela Ferrari, Presidenta Provisoria. Pero, para que se de la situación ambos deberían lisa y llanamente no estar.

Juan Saieg, al frente.

Juan Saieg quien reaccionó tan solo con una sonrisa irónica a la aprobación del Código, sacó el pecho y la bronca frente a los despidos de cuatro empleados municipales de su sector interno. El lunes se hizo presente en la carpa organizada frente a la puerta de la Municipalidad arengando en contra de la “persecución política” y en “ defensa de los valores del justicialismo”. Si la situación en el Concejo ya de por sí no fuera compleja y paradójica ya que el Vice “traba” un proyecto para que no le llegue al Intendente, lo que pasó el lunes fue aún más increíble e inédito. El Viceintendente se plantó en la Plaza para protestar en contra de las decisiones del Intendente. Para quienes saben de internas peronistas, eso es casi, (pero solo casi) entendible. Pero el ciudadano común no debe poder entender todo los acontecimientos entre artilugios, firmas, ollas populares y demás que ponen a una interna partidaria en el centro de la gestión pública.

La fractura que parecía insaldable el domingo de las elecciones, se volvió una grieta minada luego del arreglo entre UCR y el torrismo por las PASO. Desde la plaza y desde las oficinas del saieguismo apuntan con el dedo hacia la traición y en particular a Diego Barrientos, quien habría llevado adelante el arreglo con el radical Brunengo. Y no falta quien, desde el mismo sector torrista, busque alejarse de la contienda asegurando que ya se traspasaron todos los límites y que esa avanzada hacia un quiebre total beneficiaría justamente solo a Barrientos que no tendría ninguna posibilidad de un futuro en la gestión 2019, de haber un arreglo consensuado con Walter Saieg. Es más, su exclusión, sería la primera condición para sentarse a dialogar.

El 8% y la otra pelea

Varias organizaciones políticas salieron la cruce del “error de tipeo” que transformó el cinco en ocho por ciento. Más allá de las conferencias de prensa, de las reuniones con el Viceintendente y de los comunicados, las fuerzas no quisieron sentarse a debatir con los Concejales el pasado lunes porque la reunión se habría dado tarde y por fuera de la “seriedad institucional” que merecía.

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