José Luis Lucero dialogó con Resumen de la Región y contó cómo se siente cada 2 de abril y que cosas debería mejorar en la sociedad para mantener viva la memoria.
¿Cómo recordás el momento que tienen que viajar hacia una guerra?
Yo tenía 18 años, estaba haciendo el Servicio Militar en Comodoro Rivadavia, en el Regimiento 8 de la Infantería; cuando recuperamos las islas el 2 de abril, ya estábamos prácticamente alistados y el día 6 de abril llegamos a la isla. Estuvimos en Bahía Fox en la Gran Malvina, cuando llegó la orden de rendición yo quedé con un grupo para demarcar campos minados y entonces tuvimos un mes más prisioneros de los ingleses. Volví al continente el 14 de julio recién.
¿Un mes más prisionero de los ingleses que significaba en ese momento?
Nosotros prácticamente habíamos pasado lo peor de la guerra y estar prisionero era como una posibilidad de volver vivo. Vimos muchas cosas de los ingleses que nos hicieron sentir como que no había sido tan fácil la cosa. Vimos heridos ingleses, vimos como les había golpeado el efecto nuestro a ellos.
¿Cómo fue tu vida después que volviste?
Primero fue muy difícil la inserción porque cuando volvimos fuimos un poco discriminados, tanto para el trabajo como para el estudio, encima uno no es el mismo cuando vuelve. Por suerte yo tuve ese apoyo familiar y de amigos que me sacó adelante.
¿Costó cuánto tiempo?
Mucho tiempo e inclusive hay cosas que se graban a fuego y nunca se olvidan. Por ahí escuché o leí que el que estuvo en una guerra toda la vida la siente y es verdad, todos los días lo siente. Son cosas muy fuertes porque en ese lugar vos ves lo mejor y lo peor del ser humano. El tema de enfrentarse a la muerte y a lo desconocido, el tener que apretar un gatillo para matar a alguien o para defender tu vida. Con 18 años no sabés lo que es el odio, salíamos del secundario y de repente tener que apretar un
gatillo es un choque emocional que no lo superás fácilmente.
¿Cómo definís decisión del gobierno de ir a la guerra? ¿Sólo apresurada o errónea?
Apresurada, errónea no. Porque las tierras son nuestras. Nosotros llegamos ahí y vimos que los Kelpers hablaban en inglés y vivimos el rechazo de ellos, hasta nos tiraban con piedras, vivimos un recibimiento bastante hostil por parte de los ciudadanos, nosotros los veíamos como invasores a ellos. Las tierras nos parecían desconocidas, pero cuando cayó el primer argentino herido o muerto sentimos que nos habían invadido nuestra ciudad o nuestra provincia, por eso es que hubo tantos actos heroicos, tantos muertos, tantos chicos que dieron la vida por la causa.
¿Cómo ves las decisiones de gobierno que se tomaron con respecto a los veteranos después de la guerra?
Ví que primero hubo una desmalvinización, nos tiraron totalmente al abandono; recién después de 29 años recibí una carta del Ejército preguntándome como estaba emocionalmente y si necesitaba ayuda psicológica. Ellos mismos no habían enseñado que a un compañero no se lo abandona en el campo de combate y ellos nos habían abandonado.
¿Qué les reclamarías a los gobiernos democráticos posteriores?
El habernos olvidado. Si hubiéramos tenido contención psicológica adecuada no hubiera hecho falta la contención económica. Yo volví a las 2 de la mañana, en la oscuridad, nos dejaron de noche en la terminal de ómnibus. ¡Fue terrible! Era como si hubiéramos robado algo y había que esconderse, la verdad que en mi caso venía esperando que por lo menos me reconozcan el sufrimiento y lejos de eso nos ocultaron, nos olvidaron y no nos dejaron reinsertarnos en la sociedad. Por eso las oscuras noches
de la isla las recordamos tan a menudo… por la soledad y por el desarraigo que tuvimos cuando volvimos.
¿Cuál fue el recuerdo más duro que tenés?
El momento en que arriaron nuestra bandera, subieron la británica y festejaban el izamiento de su bandera, eso nos dolió muchísimo. La bandera nuestra flameaba día y noche, pasaba un bombardeo y yo me asomaba para ver si seguía flameando. Por eso es el amor que tengo yo y todos los veteranos de guerra hacia nuestra bandera.
Si tuvieras opciones y la posibilidad de defender nuevamente nuestra tierra, ¿lo volverías a hacer?
Si. No sé si en la situación que fuimos porque nosotros fuimos de manera muy precaria. Prácticamente no llevábamos armamentos, los armamentos eran el que usábamos en el Servicio Militar, que venía de años y años. Muchos fusiles fallaban, muchas pistolas dejaban de funcionar y más las inclemencias del tiempo que fue otra contra. Estábamos en un pozo enterrados en el barro y esos pozos se inundaban. El frío y la falta de logística que provocaba entre otras cosas el hambre hacían una realidad muy precaria. La decisión fue tomada muy rápido y nosotros recibíamos órdenes así que teníamos que estar.
¿Vos crees que con el reconocimiento que se hace en la actualidad es suficiente?
No, por eso recorremos las escuelas, para que los chicos conozcan que hubo una guerra y que mucha gente dio la vida por eso.
Frases
“Nos habían enseñado que a un compañero no se lo abandona en el campo de combate y ellos nos habían abandonado”
“El tema de enfrentarse a la muerte y a lo desconocido, el tener que apretar un gatillo para matar a alguien o para defender tu vida”
“Por eso las oscuras noches de la isla las recordamos tan a menudo… por la soledad y por el desarraigo que tuvimos cuando volvimos”