
Adriana Farfán, la cocinera del Ipem 97 Independencia, tiene 55 años, hijos, nietos y toda una vida en las cocinas de algunas escuelas, y variadas hitorias de vida tras caminar barrio Parque del Virrey buscando ayudar a su gente. “Por eso del amor” abandonó sus estudios y se casó a los 25 años con Eduardo, su compañero de vida, y quien la apoya en ésto de superarse día a día. Hace poco tiempo terminó sus estudios secundarios y comenzó Ciencias Políticas, comenzando el ciclo, nada más ni nada menos, que con promedio de nueve.
Después de tantos años, ¿cómo nace la idea de volver a estudiar?
Yo trabajo en el Ipem Independencia y ahí tengo una amiga, la profe Valentina Sucari, a quien siempre le comentaba que me quería inscribir al Plan Fines para poder terminar la secundaria; y ella me decía “Dale, hacelo”, fue quien me impulsó. Entonces lo hice y terminé.Cuando terminé de rendir ella me dijo “Bueno Adriana, ahora vamos por más” a lo que yo dije y bueno si (risas). Valentina me pregunto qué carrera me gustaba y le dije que podía ser Psicología o Trabajo Social y cuando me contó que había una carrera que se llamaba Ciencias Políticas, me gustó y ella me inscribió en el sistema Guaraní.
Es decir que Ciencias Políticas no fue la idea inicial, ¿por qué la elección entonces?
No, no fue. Y bueno porque yo soy militante y trabajo en barrio Parque del Virrey, mi barrio. Cuando llega la época de campaña electoral salgo a recorrer el barrio y veo cuales son las necesidades de la gente, me gusta esa tarea.
Por su vocación en la labor social entonces, la primera elección fue Trabajo Social…
Sí (risas) siempre me gusto ayudar. Y quienes me conocen saben de eso.
¿Cómo está compuesta su familia? ¿Y cómo fue para ellos verla ingresar a la Universidad?
Yo soy de dedicarme mucho a mi familia, así que para ellos fue un impacto importante porque ahora no van a tener quien les cuide los nietos (risas)
¿Cuántos nietos tiene?
Tengo 5 hijos ya grandes, una nena discapacitada con quien comparto mucho tiempo, mi marido Eduardo y 7 nietos.
Familia numerosa…
Si, y por suerte me apoyan en esto así que estoy muy contenta. Yo digo que es como cuando jugas un número a la lotería y te lo sacás, así me siento en este momento. Siento que por algo me llegó y se me dio en este momento y creo que me tenía que pasar esto de volver estudiar.
Con respecto a su trabajo en el Ipem 97, ¿hace cuánto que está allí como cocinera?
Hace 5 años, pero antes estaba en la escuela Barrientos y estuve también en la Güemes.
Es decir, que en el ámbito educativo la conocen…
Si, trabajo en el PaiCOR desde hace mucho tiempo y me gusta mi trabajo. Creo que el lugar en donde estoy fue el que me llevó de alguna manera a animarme a volver a estudiar. Algo que tenía pendiente.
¿Alguna vez imaginó estudiar en esta etapa de su vida?
No, realmente no. Por eso estoy muy entusiasmada. Creo que uno cosecha lo que siembra y a la larga los frutos llegan.
Bueno… creo que eso de sembrar buenos frutos ya comenzó. ¿Es verdad que obtuvo un 9 en el cursillo?
Si (risas), un 9 y un 8 y este año somos 450 alumnos. El año pasado como era el primer año que se dictaba esta carrera, me dijeron que habían comenzado 250, entonces como va creciendo hay cursillo de ingreso y por suerte me fue bien.
¿Y Eduardo qué dice?
Él fue quien me acompañó a inscribirme. Así que también me apoya.
Inició una carrera universitaria con un objetivo, pero apuntando a eso. ¿Cómo imagina su futuro? ¿Cuáles son sus proyecciones?
Primero quisiera terminar el primer año de la Facultad porque lo considero fundamental. Es una carrera de 3 años mas 2 de tesis así que me queda mucho por estudiar. Por ahora mi meta más cercana sería terminar este año, porque hay mucho para aprender.
De todos modos, cuando fui a inscribirme, llevaba todos los papeles que requerían y la ilusión también ¿No?. Recuerdo que era fin de año y ví como la familia de unos chicos que se recibían, les echaban harina y huevos. Entonces yo me detuve y pensé que a mí me gustaría mucho que mis padres me vean recibida. Sería un sueño para mí.
¿Qué edades tienen?
Mi madre tiene 80 y mi papá 78. Sería una gran alegría.
Ahora, ¿cómo va a hacer? Con los estudios universitarios por un lado, la familia y el trabajo en el Paicor, por otro. ¿Piensa seguir en la escuela?
Si, voy a seguir. Y la verdad es que no sé como haré (risas). Yo trabajo en el Ipem de 8:00 a 13: 30 y de allí parto para la Facultad todos los días y vuelvo cerca de las 21. Pero estoy muy feliz así que todo lo hago con muchas ganas y sobre todo porque cuento con el apoyo de mi familia, sino no podría.
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