
Paola tiene 33 años y se domicilia en una localidad cercana a Alta Gracia; es madre de 4 niños de 3, 8, 13 y 14 años y, según ella afirma, “vive sólo de la asignación”. Si bien sus vecinos colindantes no brindan las mejores referencias sobre su persona, ella sostiene que “en su casa no hay droga ni prostitución como se dijo”. A pesar de que las sospechas e investigaciones comenzaron hace casi dos meses en total hermetismo por parte de la Justicia, fue hace solo 10 días, que los medios provinciales tomaron conocimiento del tema y en pocos minutos la versión de que un niño de entre 12 y 13 años podría ser el hijo de Marita Verón trascendió los límites y se conoció a nivel nacional. En la actualidad, se han tomado muestras para conocer el ADN y se espera que en los próximos 20 días estén los resultados.
La otra campana
El más grande de sus hijos es el jovencito en cuestión y cumpliría 15 años el próximo 25 de agosto, un dato por demás fundamental a la hora de estimar que podría ser el hijo en cautiverio de Verón, ya que esta hace 12 años que está desaparecida.
“Es mi hijo, no es hijo de Marita. Yo lo crié desde los 3 meses de edad, su madre biológica es una trabajadora sexual que habría vendido y regalado 6 hijos, es riojana y me lo entregó en mis brazos. Hice el trámite de adopción correspondiente y está conmigo desde ese momento, es mi hijo del corazón”, afirmó Paola. En relación a la causa que se investiga, dijo tener pleno conocimiento ya que fue esposa durante muchos años de Gonzalo Gómez (alias “el Chenguita”), imputado y encarcelado posteriormente, tras haberse determinado su vínculo con la “Trata de personas” y la supuesta relación que esto mantendría con la desaparición de Marita Verón.
“Me separé hace 4 años, es el papá de mis otros hijos. Conozco mucho del tema y lamento profundamente lo que vive Susana Trimarco, pero nosotros no tenemos nada que ver. Este niño no es hijo de Marita”, sentenció.
Dijo además, que se encuentra a disposición de la Justicia, y que sería interesante que “alguien se encargue de resarcir todo el daño provocado”. Más allá de su testimonio, aún hay cosas que “no cierran” y seguirá siendo motivo de investigación.
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