
Si bien ya hemos hablado en reiteradas oportunidades de las evidentes fracturas que existen en el partido radical, es inevitable volver a mencionarlas, de cara a la realidad que tanto puertas adentro, como puertas afuera, viven los correligionarios.
Hoy conviven en el mismo lugar un presidente de partido, que no reconoce a Mario Bonfigli (el radical más conocido y que más mide en las encuestas, pensando en las próximas elecciones) como un referente del partido, un Jefe de Departamento (Leandro Morer) que intenta brindar una imagen autónoma, aunque la cruda realidad diga otra cosa, una juventud que intenta formar parte y posicionarse más allá de que los “viejos lobos de mar” hagan lo posible por seguir poniendo palos en la rueda y un proyecto de gobierno dividido en tres o más posturas que obliga nuevamente a algo considerado como muy positivo por todos los partidos políticos: “las internas“.
Más allá de que las internas brinden una posición más clara sobre la actualidad de cada referente y abra el abanico de posibilidades para los votantes…¿Sirve realmente priorizar las individualidades al partido como institución?
La siguen peleando a pesar de…
Sabemos que actualmente los representantes activos de la UCR se encuentran trabajando en el Concejo Deliberante. Los tres ediles siguen peleando por una posición dentro del próximo gobierno municipal, a pesar de que son conscientes de que las posibilidades “en soledad” son casi nulas, de todas maneras insisten en plantearlo de esa manera.
No son necesarias demasiadas encuestas para entender que el fotógrafo profesional (Roberto Brunengo), el “pajarito” de Bonfigli (Leandro Morer) y el alumno reincidente (Germán Rodriguez) han hecho poco y nada en lo que realmente les compete, la gestión legislativa. Durante su paso por el Concejo han sido más las denuncias y peleas que los aportes y ordenanzas; sin embargo, continúan en el mismo camino.
El panorama es poco claro y están parados en la cornisa. Brunengo, por ejemplo, continúa con la posición que ya adoptó en años anteriores: está enfrentado a la rama bonfiglista y tratando de posicionarse sin mayores definiciones. Y es uno de los que más provecho tendría en una eventual interna. No existen posibilidades de unión y, por ende, la única opción posible es estar parado en la vereda de enfrente. Unirse sería aceptar una propuesta que lo podría dejar a mitad de camino. Morer, por su parte, sigue siendo la sombra de un Bonfigli que en la actualidad se encuentra en situación “complicada”. Si optara por jugar solo, caería en la triste cuenta de que los dos años y medio transcurridos, no fueron explotados de la mejor manera. De Rodríguez, simplemente no hay mucho para decir: es el radical más débil públicamente, que hace unos días intentó un frustrado lanzamiento (sin recordar las internas anteriores); además, últimamente se lo ha visto coquetear con el entorno bonfiglista. Algún importante referente radical enojado, habría dicho al respecto: «A este chico no le queda otra que juntarse con Bonfigli, para tener alguna chance en el próximo gobierno».
Con la vista en 2015
Más allá de cada situación particular, todos están supeditados directa o indirectamente a la decisión que tome Bonfigli, luego de las encuestas que se van a realizar en los próximos días. A pesar de que cada uno manifieste estar “esforzándose” por ganar un lugar, desde afuera solo se puede visualizar una “pelea de gatos” que aporta poco y nada al partido. Un claro ejemplo de esta estampa es lo sucedido en la asunción de autoridades de la UCR hace solo una semana. Reconocidas personalidades que representan a la UCR a nivel provincial, no dudaron en afirmar que el ex intendente «siempre se peinó para la foto», Brunengo no asistió debido a que tenía un viaje programado y, según afirmó, «no se hizo el protocolo como correspondía». Como broche de oro, la polleada que realizó Morer y su troupe para recaudar fondos para la próxima campaña, no fue bien mirada por la actual dirigencia del partido (Hugo Pesci, línea de Brunengo y Amalia Vagni) quienes no dudaron en afirmar públicamente, en una red social, su descontento y dejaron abierta la puerta para que Bonfigli, Morer y sus seguidores, asistan a las reuniones que semanalmente se hacen en la sede (un llamado de atención que dolió y desconcertó a más de uno).
Si sumamos todo lo detallado anteriormente a que aún deben esperar definiciones de la Provincia para saber si van solos o dentro de UNEN a las próximas elecciones, podemos concluir que uno de los partidos más legendarios e históricos sigue parado en arenas movedizas y con un panorama demasiado complicado que solo podría ser solucionado con un cambio de actitud de algunos de sus referentes.
Por Claudia Fernández
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