
En medio del debate y la polémica acerca de como actúan los organismos de seguridad y de justicia, ante un caso de violencia como el que ocurrió recientemente en Los Aromos; fue noticia por estos días la condena que un joven de esta ciudad recibió, por haber desobedecido un total de seis ordenes de restricción.
El agresor de Los Aromos, hoy detenido en la cárcel de Bouwer por haber prendido fuego a su ex pareja hace menos de diez días atrás, tenía una orden de restricción y un grave antecedente, el cual ponía en evidencia una su conducta violenta reiterante: había apuñalado a su ex pareja y estado seis años en prisión por el hecho. A partir de allí los interrogantes fueron: ¿nadie supo sus antecedentes?, a pesar de tener una orden de restricción… ¿Porque no lo previnieron?, etcétera.
En este marco, hace algunas semanas, la Cámara 4ta del crimen de la ciudad de Córdoba dispuso una condena de dos años de prisión a un joven por haber sido un reincidente en infringir las ordenes de la Justicia. El sujeto, hacia un tiempo que estaba detenido en la cárcel de Bouwer por lo que la condena quedó en suspenso y fue puesto en libertad pero nuevamente con la consigna de no acercarse a las victimas. Si, victimas, porque fueron sus dos ex parejas quienes lo habían denunciado. “en este caso las causas se aunaron y fue detenido por los dos”, explicaron allegados a la Justicia a RESUMEN. “La primer mujer, en el 2016, lo denunció manifestando que, ya separados, este la hostigaba y la amenazaba. Ahí se le prohibió acercarse. Después ella dijo de que este la esperaba a la salida del trabajo y le escribia mensajes, la buscaba, etcétera, se tomó una denuncia secundaria y se hicieron un total de tres desobediencias fijadas. Luego, con quien era su nueva pareja este cometió los mismos actos por lo que quedó detenido e imputado”, agregaron.
Cuando la desobediencia no es delito
“Para la Fiscalía no es delito violar una orden de restricción, si lo es para el Juzgado de Paz en el interior y para el Juzgado de Violencia Familiar que trata la ley 9283”, explicaron voces judiciales, aclarando que las disposiciones se realizan por dos vias y, cuando se trata de violencia familiar (que es la más habitual), quien actúa es el Juzgado de esa ley.
La pregunta fue: ¿Que pasó en el caso de los Aromos a esto respondieron: “es probable que la planilla de antecedentes no haya especificado con quien había ejercido violencia el hombre. Nos pasa muy a menudo que no se detalla. Porque sino, hubiesen prestado primordial atención en la denuncia que la mujer hizo, teniendo en cuenta que este ya había apuñalado a su ex”, dijeron.
El violento tiene un prontuario limpio
Según remarcaron, la violencia es impredecible, es decir que nunca se llega a saber de que es capaz una persona y, esto pasa sobre todo con los presuntos femicidas. “La mayoría de los denunciados por violencia tiene un prontuario limpio, jamas estuvieron detenidos ni tienen antecedentes de algún tipo. Esto atiende más a un patrón de conducta patriarcal arraigado que a otra cosa y se puede prevenir pero no predecir”, aseguraron los profesionales.
El violento siempre reincide
De esto, el claro ejemplo es el del recientemente condenado pero también del agresor de Los Aromos. “El tipo que es violento con una pareja, lo va a ser con todas. Es muy difícil que el patrón se corte. Por eso hay reiteración de hechos, es algo cíclico que comienza con lo verbal, luego pasa al golpe, a la reconciliación y hasta que puede terminar en los mas grave”, aseguraron.
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