
A las críticas por la escultura que sirve de adorno (“que no va con el estilo”, “que no es lo habían dicho que van a poner”, “que bla, bla, bla”) se suma un detalle técnico: no le hicieron desagüe por lo que cada vez que era necesario cambiar el agua, se podía ver un bucólico río bajar por calle España y perderse por Lozada.
Es por eso que la Plaza Solares nuevamente está en obra. Dicen, los que caminaban por esa plaza cuando eran niños, que Don Manuel Solares anda muy enojado, pues sacaron su busto de allí y nunca le hicieron la estatua que le habían prometido
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