
El espiral musical comenzaba pasadas las 22 hs cada día. Esos giros vertiginosos en círculos por momentos incontrolable, como la voz particular de Palo Pandolfo o la fiesta popular norteña de los Inti-Huayra, llevó sin casi notarlo a un Jazz incandecente realizado por Yusa y la voz acaramelada de María Pien con el acompañamiento en escena del también cantautor solista Lautaro Feldman. Comenzó en Córdoba, y se fué expandiendo hacía el país y toda latinoamerica, con pinceladas de la península Ibérica de la mano de Queyi.
Se abarcaron diversos ritmos, talentos, costumbres y risas a través de cuatro noches que fueron para el deleite de un público ávido de sus pequeños grandes ídolos y la curiosidad de conocer al que tiene algo nuevo que contar.
Cabrera y Masliah nos trajeron un poquito de Uruguay. Emilio del Guercio nos trasladó hacia el intimismo que nos brindó el rock progresivo de los ´70. Gastón Pose, Luciano Levin, Enrico Barbizi, La Viajerita y los locales La Alta Gracia Lumpen nos demostraron que a base de Tango, Bossa, Candombe, Folk y música centroamericana esta provincia es generadora tímida pero constante de genialidades y nuevas maneras de contar.
El dúo de consagrados, Raúl Carnota y Daniel Maza intercambiaron un viaje de sensaciones por la atención inquebrantable del público. La sorpresa la dió Piñon Fijo, Con su show intimista para grandes y chicos.
El teatro Pandora, con dos de los cuatro días a sala llena, cedió su lugar para los que tienen algo para decir, los que «todavía le emocionan ciertas cosas», como canta Baglietto.
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