
Apenas comenzaban a acallarse los ecos de lo que fue el caso Rocío Herrera, se conoció que una niña de tan solo 13 años habría sido abusada por la pareja de su madre.
El hecho habría ocurrido el pasado miércoles 25 de marzo cuando –de acuerdo a las fuentes consultadas- el hombre (Miguel S., 43 años) pasó a buscar como tantas veces lo había hecho, a la menor por el colegio donde cursa sus estudios. De allí, condujo a la niña hasta su domicilio, donde habría perpetrado el abuso.
A posteriori, la menor se quedó a dormir en la casa del imputado, lo que no sorprendió a su entorno porque ya lo había hecho en otras oportunidades. Además del abuso sexual, el padrastro habría amenazado a la menor con “matarla, si contaba algo”, según surge de la investigación.
“Lloraba todo el día”
El hecho salió a la luz cuando en la casa materna de la menor notaron que estaba desanimada. “Se la pasaba llorando”, dijo su hermana. Ante las preguntas reiteradas, la niña terminó contando lo que le había sucedido días atrás.
Ello motivó que su padre (ex pareja de su madre) formulara la denuncia el 31 de marzo.
Luego de conocerse los hechos de boca de la niña, y de reunirse los elementos de prueba necesarios, se procedió a la detención de Miguel S. por “Abuso sexual con acceso carnal, agravado por la condición de guardador”. Desde el día 2 de abril, está alojado en la cárcel de Bower.
Un hecho con pasado
El caso de esta niña bien puede ser uno más de los que suceden por estos tiempos. Pero cuenta con un agravante: el actual imputado, Miguel S. ya había sido denunciado el pasado 18 de febrero por violencia familiar; fue cuando cuando su pareja, Betiana se presentó acusándolo de haberla agredido a ella y su pequeña bebé de tan sólo 10 meses.
Llaman la atención dos cuestiones; en su momento se había dictado una orden de restricción, que no se cumplió, sin que nadie se percatara. Por otro lado, a 40 días del primer hecho, Miguel S. continuaba siendo “el novio de mamá”, según declaraciones de una hija de la denunciante agredida.
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