
La venía peleando desde hace tiempo, el negro Ramón. Una operación que no habría sido del todo bien realizada meses atrás fue deteriorando su salud, minando sus fuerzas.
Hasta que apenas entrado este martes, Antonio Ramón Farías, «El Cardito» decidió salir de gira por las estrellas para hacernos reir a todos desde el cielo.
Negro bien de barrio, querido por todos, fue sin dudarlo un emblema del humor cordobés en los años sesenta y setenta. Símbolo de los viejos Maxicorsos de Alta Gracia cuando la gente se quedaba hasta cualquier hora esperando su actuación, sin moverse frente al escenario.
Supo ser un pionero en eso de llevar el humor a los grandes festivales fue maestro de muchos y fue plagiado por otros, pero siempre tuvo la bandera de la alegría por delante de todo. Así fue su vida, pura alegría, pura familia y peleándola hasta el último instante.
Alta Gracia hoy llora a quien durante años la hizo reir. Que en paz descanses, Ramón.
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