
Desde este lunes, y por un mes más aproximadamente, la Fundación Natura, conjuntamente con el Centro de Ecología y Recursos Naturales Renovables (CERNAR) de la UNC, lleva adelante un monitoreo de la calidad de aire en toda la ciudad. Se trata del primer relevamiento que se hace en Alta Gracia en pos de generar los valores necesarios para trabajar en consecuencia; y además confeccionar una ordenanza que cree un programa de monitoreo de la calidad del aire a través de líquenes como bioindicadores. “Se eligió Alta Gracia porque después de la ciudad de Córdoba es la ciudad que más crecimiento ha tenido y además es muy turística. Y además porque está rodeada de campos de cultivo y esa sería también otro tema a analizar en el estudio”, subrayó Sara Dean, tesista de la carrera de Licenciatura en Saneamiento Ambiental, voluntaria de la fundación y persona a cargo del relevamiento en terreno.
El escrito fue presentado este lunes de manera formal al municipio, donde se analiza el acompañamiento que la Secretaría de Ambiente podría realizar en esta iniciativa. De todas maneras, habría ya un compromiso “de palabra” para formar parte del proyecto.
¿Por qué líquenes?
Los líquenes, como bioindicadores, tienen un bajo costo económico, miden la calidad del aire global (no sólo algunos concentrados), y registran estos componentes durante todo el año. Además, son longevos y acumulan metales pesados de la atmosfera sin exibir daño.
Primera vez en Alta Gracia
“No se tuvo ningun valor previo sobre la contaminación del aire en Alta Gracia, de hecho, este es el primer estudio con este sistema de medición de la calidad del aire ambiental que se realiza en esta ciudad en toda su historia”, manifestó al respecto Mauricio Balocco, presidente de la Fundación Natura.
En el relevamiento se estudiará la calidad del aire ambiental considerando su crecimiento poblacional, el avance de la construcción y la expansión del parque automotor, que propician un aumento de las emisiones de gases contaminantes, un deterioro del arbolado público y un incremento del fenómeno “isla de calor urbana” en verano.
Es importante destacar que en los últimos años el parque automotor se ha duplicado, como así también la expansión urbana. Según estadísticas que maneja el propio muncipio, en la actualidad hay 24.561 rodados, entre automóviles, camionetas, etc; y 13.845 motovehículos. Es decir, en total, hay 38.406 vehículos registrados. Si se considera el padrón del último año donde la cantidad de habitantes es de 55 mil; y se divide ese número por la cantidad de vehículos que se encuentran activos en 2017, se obtiene como resultado que hay uno cada 1,43 personas. Si se tienen en cuenta, por otra parte, sólo los automóviles, la relación es de una unidad cada 2,23 habitantes de la ciudad. “La cantidad de vehículos tiene un injerencia importante en relación a la calidad del aire porque, sobre todo, los vehículos de uso particular, son los principales contaminantes del aire”, agregó Dean al respecto.
Un relevamiento en bicicleta
El relevamiento lo realizará Sara Dean, quien -en una bicicleta de la ONG-, recorrerá toda la ciudad con sus equipos de medición, mapas y muestreos. El estudio se realiza en todo el ejido urbano de Alta Gracia, basado en los corredores de tránsito vehicular, los espacios verdes urbanos y la topografía de la ciudad.
Es importante señalar que este tipo de estudios, fue realizado en la ciudad de Córdoba por la Dra. Cecilia Estrabou, directora del CERNAR, quien realizó un muestreo sistemático sobre 576 estaciones, con 1023 árboles registrados obteniendo 341 valores de frecuencia.
La información resultante será entregada en común acuerdo por la tesista Sara Dean, el CERNAR y la Fundación Natura, al municipio, para las consideraciones ambientales futuras, a la hora de diagramar nuevos circuitos de bicisendas, determinar cuales son los puntos mas vulnerables para el patrimonio histórico/cultural que pudiera ser afectado por la polución del aire; la regulación del trafico vehicular como también la evolución o el deterioro de la calidad del aire en Alta Gracia y las acciones correctivas que puedan aplicarse actualmente y a futuro. “De relevamiento de campo tenemos uno mes más, aproximadamente. Posteriormente, tres meses de analisis en laboratorio, y finalmente, se trabajará con los datos aplicados a la fórmula para determinar la calidad del aire, que va a llevar unos meses más”, cerró Balocco.
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