
Sin dudas, negar una realidad que nos traspasa desde hace muchos años, representa un verdadero peligro y suele costar caro. Peligro casi tan grave como usar esa realidad para distintos fines que no tengan nada que ver con solucionar el problema.
Haciendo un poco memoria, llegamos a la conclusión de que la problemática en torno a la Salud ha sido durante muchos años uno de los reclamos más recurrentes en distintas zonas del país. Algunos lugares lograron avanzar y mejorar un poco más (sobre todo apelando a la buena voluntad de los profesionales) y en otros lados sigue siendo una de las necesidades más básicas de la población, a la par de los alimentos y la vivienda. La escasez de profesionales, la extremada demanda (sobre todo en temporada invernal), y la cada vez más conflictiva economía de los sistemas privados de salud, hacen que los hospitales y dispensarios estén repletos de pacientes con todo lo que significa esta situación. Ponerse a explicar cuales son las falencias, y de qué manera quienes están a cargo luchan contra las ausencias y las faltas para que todo siga funcionando, sería acudir a un relato harto conocido por todos. Lo que sí sería novedoso es que surja alguna solución real que intente, al menos colocarle el cascabel al gato. Sin embargo, eso sigue sin suceder…al menos en nuestra ciudad.
La culpa es tuya, mía… ¿de él?
Hace algunos días (y en gran parte apelando a la información que circula en las redes sociales), el bloque de la UCR en concordancia con la legisladora radical Amalia Vagni, presentaron un proyecto -tanto en el legislativo local como provincial- que intenta acercar a los distintos actores (públicos y privados) en materia de salud para abrir una mesa de debate: “Instar al Ejecutivo a interceder como mediador de una situación que está colapsada, e interpelar al ministro de Salud Francisco Fortuna para que vea la situación de Alta Gracia, porque es crítica”, señaló el edil Leandro Morer. Ante este planteamiento, los concejales de UPC debieron ser asesorados, tanto por el director de Salud del municipio, el Dr. Martín Cugno, como por el director del Hospital, Dr. Juan José López para adentrarse en una realidad…que poco o nada conocían. La respuesta consistió en números, estadísticas, que si bien plantean un panorama, está alejado a la cuestión humana, la mayor falencia -si se quiere- en este campo durante los últimos años.
En lo que ya se ha convertido en un clásico, ni de un lado, ni del otro, los planteamientos fueron sinceros y apegados a la rigurosidad profesional que deberían tener los integrantes del Legislativo. Desde el radicalismo, la presentación no fue más que tirar sobre la mesa una vieja problemática de la que se habla cotidianamente en la calle, sin haber hecho antes -siquiera- un relevamiento real de la situación. Relevamiento que dejaría en claro, entre otras cosas, la necesidad de modificar algunas leyes (ámbito nacional) que ya han quedado por demás obsoletas. Desde el peronismo, en tanto, las respuestas estuvieron basadas más en un acto defensivo, usando palabras que intentaron protegerlos de un posible ataque o peligro (como dice el refrán… “la mejor defensa es un buen ataque”) que en el conocimiento acabado de una situación con los pro y contra que ésto podría tener.
Lo público, abarcando lo privado
Como ya se ha planteado anteriormente, la problemática existe y se hizo mucho más real cuando este jueves se sentara en la Unidad Judicial una denuncia contra una institución privada de la salud porque “no le dio atención a mi hijo”, relató el papá de la criatura. La falta de pediatras ha sido uno de los mayores reclamos en estos últimos años, sobre todo en clínicas y sanatorios. Debido a ésto, el hospital regional ha prácticamente duplicado la atención por guardia, con un 60% de esas atenciones dedicadas a niños. Las crisis económicas que viven los nosocomios privados (que cobran con papelitos, pero pagan con plata…sintetizó un profesional) hace que las prestaciones sean menores y que ésto repercuta directamente en los organismos públicos. Sin embargo, y muy a pesar de todo, el Hospital Illia, por ejemplo llevó a cabo cerca de 900 nacimientos el año pasado, realizó 2500 cirugías y en la actualidad se atiende cerca de 200 pacientes por guardia por día, entre otras cosas. Es decir absorbió gran parte de la demanda del sector privado, del mismo modo que los dispensarios que están bajo la órbita municipal; los que, si bien siguen presentando varias falencias en cuanto a la atención, avanzaron bastante en muchos aspectos que tiene que ver -por ejemplo- con la aplicación de programas Nacionales que continúan vigentes a pesar de que desde Nación no lleguen los fondos, y hasta suplen algunas falencias en medicamentos a pacientes Pami que han sufrido un importante recorte en los descuentos por lo que acuden a los dispensarios.
En suma, la ausencia de proyectos lúcidos que intenten realmente plantear una solución de raíz (ya que continúan más apegados a la cuestión política que a la social), y la negación de un problema que es real y que preocupa desde hace muchos años, sigue convirtiendo a esta problemática en una de las tantas situaciones que los mortales deberán seguir sorteando como puedan, al menos…hasta las próximas elecciones.
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