El jefe comunal de Villa San Isidro, Claudio Peña, dialogó con el equipo de «Todo Pasa» de FM 88.9, ya que sus dos hijos Julián y Francisco, fueron parte de los 250 argentinos repatriados que volvieron de Israel en la jornada del domingo 15 de octubre.
El mandatario relató que sus dos hijos se encuentran haciendo la secundaria en dos escuelas diferentes, a través de dos becas. Se encuentran pupilos en la institución, que tiene especialidad tecnológica. «Rindieron en Buenos Aires para una beca en Israel y les fue bien, principalemente la evaluación es psicológica, ya que son muy chicos. Viajaron en agosto hacia allá, donde viven los tíos de su esposa» y donde él también vivió durante unos seis años entre 2006 y 2012.
«Un poco más tranquilo hoy ya con los chicos. Tengo mis dos hijos allá, Julián de 16 y Francisco de 14 años, haciendo el secundario. Julián ya había estado el año pasado haciendo su cuarto año y volvió junto a Francisco que está haciendo tercero ahora. Viajaron a fines de agosto, principios de septiembre, así que ya hacía un mes y medios que estaban allá en Israel» comenzó Peña.
«El sábado pasado ambos, que van a diferentes colegios, se encontraban justamente en la casa de una tía, para pasar el fin de semana cuando empezaron a llegar las noticias del estallido. Mi señora tiene una aplicación, la cual le avisa cuando suceden estas cosas…empezaron a aparecer una tras otra. Nos pusimos en contacto con la tía y con los chicos. Con el paso de las horas nos dimos cuenta de que se trataba de un ataque a Israel por parte de Hamas con este formato terrible de atacar a civiles directamente. En el país están un poco acostumbrados a los bombardeos pero no de esta manera» continuó.
«Fueron pasando los días, los chicos decidieron volver al colegio, estuvieron con sus compañeros hasta que llegó el momento de tomar la decisión y definimos que volvieran a Argentina, entendiendo que el panorama se ponía cada vez más complicado y no sabíamos en que iba a terminar, decidimos que volvieran. Israel es tan chiquito que cualquier conflicto se siente cerca: uno de ellos estaba a media hora y el otro a un hora de Tel Aviv que es el lugar elegido para bombardear ya que allí hay mayor población. Por suerte en cada uno de esos lugares no cayó ningún proyectil ni hubo incursiones, pero al desconocer el panorama, determinamos el regreso»
Los jóvenes están becados por el gobierno de Israel y deben permanecer en el internado pero si tienen un pariente, con nuestra autorización pueden viajar o salir y visitarlo los fines de semana. En ese internado también hay estudiantes de otros países, de Latinoamérica, de diferentes países de Europa, de Norteamérica, de África. «Es un intercambio permanente, una experiencia muy linda, aprenden muchas cosas, con orientación tecnológica».
Peña relató que al momento del hecho, el gobierno se comunicó con los padres ofreciéndoles la posibilidad de que si se quedaban, los adolescentes serían defendidos por el Estado pero también entendían si los querían repatriar, que la beca no se anulaba. «En este momento cuentan con un permiso de parte de la escuela y ya les están enviando el material para seguir estudiando desde su hogar. Ellos quieren volver para terminar el secundario allá» narró el presidente comunal de Villa San Isidro.
«El gobierno de Israel se ha portado muy bien y también el de Argentina. Quiero agradecer a la embajada y a la cancillería que se contactaron desde el principio con nosotros y ante cada requerimiento de los padres. Siempre nos informaron dónde estaban. Nuestros hijos viajaron primero a Roma y estuvieron allí durante dos días, asistidos por la embajada. Estuvieron en un convento en Roma, cuidados por curas y monjas. Hasta que se armó el primer vuelo con 250 personas. Agradezco a todos los que fueron mediadores» expresó.
Sobre cómo lo vive el ciudadano israelí al conflicto y cómo lo vivieron sus hijos, afirmó: «El ciudadano israelí está un poco acostumbrado, nosotros vivimos allá en el 2006 y justo hubo un conflicto con El Líbano. Hay refugios en todas las casas, en todos los pueblos, en todas las reparticiones públicas y el ejército se mueve mucho y se vive de manera menos intensa que aquí a través de las imágenes que nos llegan. Ellos lo vivió cada uno con sus compañeros, con la contención de sus profesores y sabiendo que hay refugios allí. Estaban bastante tranquilos. Por el teléfono te va llegando información constantemente y a veces es bueno y a veces es malo. Hicimos varias videollamadas para que sepan que estaban contenidos desde aquí también».
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