Quien ha sido alumno del profe Guillermo Blanco no puede dejar de describirlo como uno de los docentes más pacientes que pueda haber. Cargado de una gran sabiduría fusionada con amor y amabilidad, Blanco hacía que sus clases tengan un condimento especial, el agregado humano y de familiaridad, difícil de encontrar en todas las aulas.
Llego el momento de decir adiós a esas aulas, a los bulliciosos pasillos y a las eternas horas de corregidas. Guillermo Blanco se jubiló y desde el Ipem 97, la última institución educativa para la cual estuvo, le hicieron una linda despedida. “Porque has sabido hacer memorable tu trabajo, hoy te despedimos y siempre recordaremos con alegría tu paso por esta institución donde supiste cosechar afectos de estudiantes, compañeros, directivos y de todos los que compartieron tu extrañable presencia. A disfrutar la merecida jubilación, de más está decirte que para nosotros será una gran alegría cuando vengas a visitarnos y podamos seguir compartiendo gratos momentos”, dice textual en el final el posteo que en la cuenta oficial del Ipem realizaron el pasado sábado. Esto, acompañado de una placa recordatoria que las autoridades le brindaron en su nombre.
Comentarios: