Barrio La Perla queda en los confines de la ciudad, y en varios aspectos queda en los límites de las soluciones que no llegan.
El plano catastral indica que el barrio posee 1222 lotes, con una población que va creciendo de forma permanente y servicios que no existen.
El agua potable llega en su red hasta cierto sector, dejando sin servicio la zona sudoeste del barrio. Con el tendido eléctrico pasa casi lo mismo, afectando su falta a un importante sector. La iluminación pública es escasa y está deteriorada y todo ello va creando un cóctel de inseguridad que se refleja casi a diario en la crónica policial. Robos, hurtos y hasta intentos de violación amparados por la oscuridad y la falta de vigilancia.
A la deriva
Carlos López, Presidente del Centro Vecinal, admite que la participación de los vecinos es poca a la hora de los reclamos y las soluciones, que “hay que hacer un censo para llamar a elecciones”.
Mientras, La Perla continúa sin presencia policial efectiva (la posta está en Villa Oviedo, pero sin móvil), sin dispensario y para peor, la escuela que antes estaba en Villa Oviedo fue trasladada a General Bustos.
Las poquísimas obras que se comenzaron no se terminaron y las respuestas siguen sin aparecer.
“Lo urgente es resolver la inseguridad”
Carlos López preside el Centro Vecinal desde hace unos años y conoce los problemas como nadie. “La inseguridad es lo que más nos preocupa. Los robos son constantes y la respuesta policial es casi nula.
No tenemos el patrullaje que se necesita y hay sectores del barrio donde la oscuridad alienta a los delincuentes.”, expresa preocupado López por lo que considera el principal de muchos problemas del barrio.
En La Perla el cercado (legal e ilegal) de terrenos también es otro de los temas, secundario si se quiere, pero que contribuye a la falta de control en todo aspecto.
“No sabemos ni cuántos somos en el barrio, hay que hacer un censo urgente”, admite López.
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