“Cada día nos encontramos con otra novedad en el gobierno. Las amenazas del ministro Fernández golpearon fuertemente a la política y al periodismo. Con el periodismo no se puede jugar ni amenazar. Es una profesión noble que se ejerce bajo los parámetros absolutos de la libertad, y se basa en la libertad de opinión, de pensamiento y en la difusión. Si un señor que ostenta del título Ministro de Seguridad, amenaza a alguien, es pasible de sanción y se le debe pedir la renuncia”.
En este caso, coincidió con Juntos por el Cambio, que solicitó la renuncia de Aníbal Fernández por la amenaza al dibujante periodístico, Cristian Dzwonik, más conocido por todos como “Nik”. “No sólo amenazó a sus hijos, sino que tanto ellos como la escuela a la que asisten, son parte de la comunidad judía de la Argentina. Esa amenaza es un mensaje antisemita. Eso, en el siglo XXI y en Argentina, que ha sido dolorosamente repuesta por los atentados sufridos, aparece como algo totalmente criticable y pasible de la sanción más dura que se puede esperar contra un funcionario público”.
Paralelamente a este hecho, el Gobierno Nacional citó a empresarios a la Casa Rosada para establecer cierto diálogo y reorganizar los mercados argentinos. Sobre esta reunión, el columnista dijo: “Del otro lado de la mesa están Fernández, Massa y Guado de Pedro. No son creíbles. Internacionalmente tienen su imagen desgastada, y no cumplen sus compromisos. El ministro de Seguridad es un apretador, y ni siquiera lo sancionaron. Este gobierno está prácticamente defenestrado, tiene un cero por ciento de credibilidad. El 2023 parece eterno para este gobierno, en estas condiciones no van a llegar».
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