Desde el año 2009 se celebra el Día Mundial del Niño Prematuro, una fecha que desea poner de manifiesto el alto riesgo de mortalidad que tiene el traer bebés prematuros al mundo. Con ello, se trata de prevenir pero también de ayudar a los niños y a sus familias para que puedan superar con éxito esta circunstancia. Cada año nacen aproximadamente 15 millones de niños prematuros, de los cuales más de un millón muere antes de cumplir los 5 años.
Por este motivo, Todo Pasa dialogó con Lucrecia Espíndola, vecina y mamá de dos niños prematuros, quien habló de su experiencia en ambos embarazos. En el año 2007, Lucrecia tuvo su primer embarazo, el cual venía siendo normal, pero en la semana 21 rompió bolsa y tuvo que recurrir de urgencia al hospital. “Creí que no iba a prosperar la gestación. Me acerqué al hospital, donde me dijeron que si quedaba internada en reposo absoluto con un monitoreo exhaustivo había una posibilidad. Estuve 45 días. Eso le dio tiempo a mi hijo a nacer en la semana 29, cuando en un embarazo óptimo, el bebé nace en la semana 40. Tuvimos la suerte que él no tuvo ninguna secuela. Su estancia en neonatología la pasó muy bien y estuvo 45 días internados. En total estuvimos 3 meses en el hospital. Hoy en día Juan tiene 5 años y es un niño completamente sano”, relató la mamá.
Su segundo embarazo transcurrió en el año 2021, donde dio a luz Cruz, con 34 semanas. “Fue otra la condición. Fue una bebé mucho más fuerte, y hoy tiene casi dos años. Ninguno de estos casos son las situaciones más terribles que pueden suceder en neonatología. Hay niños que nacen con 500 gramos, bebés con patologías. Nosotros tuvimos una situación bastante buena. En mi caso, no se pudo determinar la causa de la rotura prematura de membranas, fue espontánea. Yo estaba durmiendo. Fue mala suerte”.
Los niños prematuros tienen inmaduros principalmente el sistema respiratorio y el digestivo. Si bien las causas que pueden provocar este adelanto en el parto son muchas y aún no se pueden establecer con seguridad, los especialistas advierten que es muy importante para el desarrollo de los bebés prematuros el estar acompañados por sus familias, tener controles adecuados y, es central, la capacitación de médicos y enfermeras. “Es intensa y dolorosa la experiencia, y lo que se vive con otros papás. La dinámica en neo es dura. Tu hijo nació pero no lo llevás a tu casa, lo ves todo lleno de cables, pero uno le pone fuerza para poder superarlo y después volver a casa juntos”, finalizó Lucrecia.