Cada 18 de agosto en Argentina se celebra el Día de la Prevención de Incendios Forestales y, vaya coincidencia, paradoja o lo que fuera, hace exactamente un año, San Clemente y Potrero de Garay sufrían uno de los peores incendios forestales de la historia.
Viviendas enteras se vieron afectadas por las llamas y varias familias fueron testigos de como aquello que les había costado años construir, se volvía cenizas solo en minutos. La hipótesis del causal apuntaba a la caída de un cable de alta tensión y los vecinos señalaban a Epec cómo principal responsable. Lo cierto es que a la fecha la investigación judicial sigue como el primer día.
Bomberos de diferentes jurisdicciones, personal de ETAC, aviones hidrantes, y hasta personal de las comunas damnificadas y vecinas, todo el mundo se unió para sofocar un huracán que por momentos se volvía invencible y peligroso. Decenas de animales murieron, otros tantos sufrieron graves quemaduras y la pérdida de monte fue letal.
Pequeños y medianos productores debieron empezar de nuevo, de a poco a volver a levantar esos cercos que ya no existían y Fundación Adma hizo un relevamiento y un trabajo importantísimo para ayudar y asistir a aquellos animales que habían logrado sobrevivir.
La Provincia aportó provisiones para ese nuevo renacer, pero lo que más se sintió fue esa mano solidaria del vecino. La empatía y la ayuda constante de la misma gente del pueblo.