
Desde el 19 de noviembre de 2013, la masa societaria del Aeroclub está conformada por personas que tienen residencia en otras ciudades, como Corral de Bustos o Carlos Paz. La realidad indica que es físicamente imposible que puedan dirigir una institución de tamaña magnitud desde otras latitudes, sin embargo, nadie hace nada para que eso cambie.
Un ejemplo simple pone de manifiesto lo anteriormente expuesto: en enero de este año, un paracaidista sufrió un accidente grave, cuando su paracaidas impactó contra los árboles del club. Ante tamaña emergencia, las instituciones encargadas de salvaguardar la vida del joven, debieron comunicarse con la persona a cargo del lugar, y por eso llamaron a quien ellos creían seguía al frente, el señor Horacio Lima. Sin embargo, Lima había pedido licencia meses atrás y quien está a cargo desde aquel momento es Horacio Martínez, una persona que vive en la ciudad de Carlos Paz y a quien la mayoría desconoce ya que, según trascendidos, solo visita el lugar una vez por semana.
Otro dato a tener en cuenta es lo establecido en el artículo 9 del estatuto del club. En el mismo se hace referencia a que los socios no residentes, es decir, aquellos que no vivan en la localidad, tendrán todas las obligaciones de los socios activos (ser mayor de 16 años, de profesión u ocupación honorable y gozar de buena reputación), pero “no podrán formar parte de cargos directivos y no tendrán derecho a voto”. Se desprende de esto el legendario Aeroclub altagraciense está en manos de gente que no cumple con el estatuto y que actúa contrario a él. Ante esta realidad, algunos ex socios hicieron las presentaciones correspondientes al IPJ (Inspección de Personas Jurídicas) a principios de este año, sin embargo, aún no hay respuesta.
Un poco de historia
Los comienzos del club datan del año 1959. A través de una reunión de un grupo de vecinos de nuestra ciudad, se dio lugar a la primera comisión provisoria presidida por el Comandante Edmundo Osvaldo Weiss, y el doctor Pedro Perino Cáceres.
El objetivo de la creación fue dotar a Alta Gracia de un club apto para las actividades aeronáuticas. Meses después se realizó la Asamblea General Ordinaria que dio lugar a la fundación del Club. Cincuenta y cinco años de historia, diversos mandatos y un objetivo que lentamente se fue desdibujando: la aviación.
Es de público conocimiento la serie de crisis vividas por la institución a través de los años y de la manera que se desvirtuó el objetivo real, pese a ello, ningún gobierno tomó cartas en el asunto, ni tampoco ningún vecino, incluso en el momento de mayor crisis en el que fue anunciado un corte de ruta y la destitución de su presidente.
Al consultarles a los funcionarios de turno y a un grupo de concejales sobre la realidad de la entidad, dejaron en claro que la mayoría desconoce a las autoridades, las dimensiones, y también las actividades que allí se realizan actualmente.
“El Aeroclub continúa perdiendo parte de sus actividades aéreas”
De esa manera fue titulada la nota que publicó el periódico RESUMEN en noviembre de 2013, donde se denunciaron una serie de irregularidades. Posteriormente el presidente tomó licencia. En el informe se daba cuenta de los reclamos que llevaban adelante durante dos años algunos integrantes de Aeroclub.
Incluso, muchos de ellos se manifestaron públicamente expresando sus inquietudes y decepciones ante una serie de impedimentos que los alejaba cada vez más del lugar. En ese momento, la sociedad se unió a este reclamo pero todo eso se olvidó rápidamente. Los Caranchos, los aviones del Plan Nacional de Manejo de Fuego, algunos secretarios, entre otros, ya no pertenecen más a la institución, sumado a la realidad de un presidente ausente y denuncias, hasta el momento, anónimas, de irregularidades administrativas. Además, una de las actividades que aún se mantiene, la natación, también está en peligro de extinción. Una versión habla de que algunos integrantes de la comisión, aseguraron durante una reunión que era necesario “tapar la pileta con tierra porque cuesta mucho mantenerla y es un peligro”.
Una comisión directiva que juega de visitante, una importante porción del club dedicada a la guarda de los colectivos de la empresa Sarmiento, una pileta a punto de ser clausurada, administraciones oscuras, denuncias en la Justicia, organismos dedicados a la aviación ausentes y cada vez menos actividades deportivas y socios que quieran formar parte, es la realidad de un club de medio siglo, que siempre fue un estandarte representativo de la ciudad y que hoy goza del olvido de aquellos que deberían tomar cartas en el asunto.
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