Se atienden entre 4 y 5 chicos alcoholizados por fin de semana

Se encuentran pocas puertas abiertas a la hora de brindar estadísticas y voces oficiales cuando se habla de consumo excesivo de alcohol y de estupefacientes en adolescentes de la ciudad. Sabemos que se trata de una problemática que la mayoría conoce y de la que muy pocos quieren hablar, sin embargo, los casos testigos sobran.
Según informes proporcionados por el hospital, ingresan de 4 a 5 jóvenes alcoholizados por fin de semana al nosocomio, y en algunos de ellos, se presume además, que hubo consumo de estupefacientes. Decimos “se presume”, ya que el Hospital Illia no cuenta con un Departamento de Toxicología para realizar los estudios que permitan determinar qué tipo de droga se consumió o qué nivel de alcohol en sangre tiene el paciente.
“Esto es tierra de nadie a la madrugada, es un descontrol”, asegura un trabajador de uno de los servicios de emergencias de Alta Gracia; y agrega: “Los chicos deambulan alcoholizados y hasta manejan de esa manera, lo sabemos no solo porque lo vemos, sino también porque la mayoría de los accidentes que suceden en esos horarios tienen como víctimas a adolescentes alcoholizados y sobre todo menores de edad”.
CLASIFICADOS 2015
Casos testigos
Está claro que no se condicen los pocos datos oficiales que existen con la realidad que cada fin de semana se ve en la ciudad y con los casos que engrosan la lista negra que nadie quiere hacer pública. Este fin de semana, por ejemplo, una joven menor de edad terminó desmayada por alto consumo de alcohol en la vía pública (Franchini y Sarmiento), y luego fue derivada al hospital por familiares, ya que, según se conoció, las autoridades policiales que en ese momento estaban en el lugar, dijeron que “no podían hacerse cargo”. “Podría haber pasado cualquier cosa, ya que estaba sola, y únicamente acompañada por otro joven que también es menor”, subrayó un testigo de lo ocurrido. Consultada la autoridad policial del Departamento afirmó que “es un deber” proceder y actuar en esas circunstancias, sin embargo, eso no sucedió. Mientras la cabeza de la Fuerza habla de “obligación y sentido común”, algunos policías sotienen que no se van a hacer cargo de un menor de edad en esas circunstancias si el Código de Convivencia no especifica. “¿Que hubiera pasado si ningún familiar venía?” sostuvo personal médico del hospital.
La previa
Es una costumbre que ya se internalizó y se trata de las juntadas en casa de amigos antes de concurrir a algún boliche. En esas “previas” los chicos consumen alcohol y, en algunas oportunidades, lo mezclan con alguna sustancias: “Es mucho más barato, con lo que sale un trago en el boliche nos compramos dos vinos, por ejemplo”, sostiene un joven de 16 años a RESUMEN; mientras otro agrega: “El consumo de droga depende mucho del nivel económico de los pibes. Hay algunos que van encartonados al boliche, aunque la mayoría se fuma un porro”, continúa. El cartón al que hace referencia cuesta entre $150 y $200 y se trata de la dietilamina de ácido lisérgico o LSD, comúnmente conocida como ácido. Es una droga psicodélica semisintética y es conocida por sus efectos psicológicos, que dependiendo de la dosis administrada, pueden ir desde alucinaciones visuales, disolución del ego, percepción distorsionada, sensibilidad extrema, euforia y risa extrema, hasta paranoia. La vía de administración puede ser oral, generalmente diluido en algún tipo de substrato, como un papel secante (comúnmente conocido como cartón), un terrón de azúcar, una gomita o un poco de gelatina aunque algunos suelen colárselo por el ojo, lo que consiste en colocar el ácido en la pupila (“encartonados”).

Si bien para los adolescentes consultados esto es algo “normal, de fácil acceso” y hasta describen los lugares aptos para comprar alcohol o estupefacientes, no lo es para quienes deben llevar adelante el control, ya que extraoficialmente se conoció desde la Fuerza Policial que hay determinados puntos de venta de cocaína y marihuana, pero “no hemos encontrado otro tipo de droga en la ciudad”, afirman. “Nos vende un transa, es re fácil localizarlos”, cuenta una joven de 18 años que asegura no haber visto personas en coma alcohólico, pero sí “dados vuelta” de la droga o muy borrachos.
Según un estudio de la Universidad Abierta Interamericana (UAI) sobre el consumo de alcohol en los jóvenes -en el que se entrevistaron a 400 hombres y mujeres mayores de 18 años-, cinco de cada diez padres aprueban que sus hijos se reúnan con amigos y hagan una previa o preboliche. Y dos de cada diez, en su mayoría mujeres mayores de 50 años, les facilitan el alcohol bajo el argumento de que prefieren que tomen lo que ellos les dan antes de que los adolescentes decidan según su criterio. Profesionales de la salud que se desempeñan en el hospital aseguran que la previa es “naturalizar algo en el ámbito más íntimo, que es la familia”, y ahí radica el principal problema.
Políticas de Estado
Si bien los directivos del hospital sostienen que los ingresos de pacientes con alitosis alcohólica o con registros de consumo de estupefacientes no se ha incrementado de manera muy notable en relación al año pasado, son conscientes de que es un tema que debería tener un marco regulatorio y que difiere, además, de la realidad que se vive en las calles. “Faltan políticas públicas, trabajar en conjunto entre las fuerzas policiales, la salud y el municipio. Sabemos que hay intenciones de recomenzar con esta tarea; la verdad es un tema muy preocupante”, aseguran; mientras sostienen que la implementación de campañas de prevención sería el primer paso para atacar un problema que ya se ha extendido a la sociedad.
Para la FPA, la marihuana es la droga más consumida por los jóvenes entre 14 y 17
Si bien desde la Fuerza Policial Antinarcotráfico no quisieron brindar datos de manera oficial, se conoció una estadística local con la que se manejan y que está determinada por investigaciones y allanamientos. Un 70% de los menores entre 14 y 17 años son consumidores de marihuana y un 30% de cocaína. Mientras que entre los 18 a 40 años un 60% es adicto a la cocaína, un 30% a la marihuana y un 10% a otras sutancias. Entre los 40 y los 65 años, en tanto, el consumo se discrimina de la sigueinte manera: un 70% consume cocaína, un 20% marihuana y un 10% otras sustancias. Afirman de manera extraoficial que se está trabajando en el tema y que según sus registros, “no hay consumo de LCD en la ciduad”: “Acá se consiguen estupefacientes de mala calidad, no pura. Cuando los chicos te dicen que consumen LCD es porque ingieren alguna pastilla que no tiene nada que ver con esto, es muy caro el LCD”, sostienen; sin embargo, una fuente consultada por este medio que se dedica a la venta de estas sustancias sostiene que existe y que es tan común como los chicos lo afirman.
Informe completo en la edición impresa de Resumen de esta semana

Salir de la versión móvil