La reciente muerte de Martín Catto, el joven delivery que protagonizó un accidente el ultimo 6 de junio al colisionar con otro motociclista a la altura de Villa Camiares (conductor que falleció minutos más tarde), revuelve un viejo drama que se revive cada vez que ocurre un accidente. Pero que, y con el paso del tiempo, vuelve a quedar en la nada.
La multiplicidad de siniestros viales y los graves antecedentes que ese tramo de Ruta C-45 tiene, no ha generado ni cambios de conducta al volante, ni obras de infraestructura que hagan a una mayor seguridad vial. Sin duda, esa grave falencia es la que posibilita que los accidentes sean una bomba de tiempo.
Entre los principales y añejos problemas está la falta de señaletica, la de iluminación y ni hablar de la velocidad con la que los conductores circulan. Por este tiempo y a fines de evitar el ingreso de personas provenientes de otros lugares a la ciudad, podemos apreciar la presencia policial en ese ingreso. Así mismo, a través de los mismos transeúntes vimos como esos controles son esquivados «como si nada», en una maniobra no permitida hacia el barrio Villa Camiares.
Ni hablar de los ingresos y salidas no delimitadas. O, mejor dicho, de marcados por los mismos vecinos a quienes les da pereza circular hacia la rotonda para salir hacia la Ruta y lo hacen por «caminos propios» más rápidos. Otro claro causal de accidentes que desde RESUMEN también lo anticipamos.
La situación es particular pero podría compararse con lo que les ocurre a los vecinos de Barrio Parque San Juan, quienes recordemos se manifestaron hace muy poco (y tras un accidente fatal), en el ingreso al barrio, pidiendo por obras prometidas y no concretadas.
El intendente Marcos Torres reconoció que muchas ya estaban gestionadas pero que para ello debían insistir con Vialidad Provincial, ya que dicho trabajo no es de órbita municipal. Suponemos, en este caso, que con Ruta C-45 sucede algo similar. La pregunta es: ¿Hay pedidos para este peligroso tramo?.
Desde la muerte de la joven Camila Amuchastegui, o el grave accidente en el que Julieta Torillo perdió una pierna, poco y nada ha cambiado. Siete años de desidia en una Ruta que hoy por hoy se ha convertido en uno de los principales accesos y salidas de Alta Gracia.