Si bien las visitas a la cárcel se reanudaron, la modalidad en la que la gente ingresa a la penitenciaria sigue siendo restringida y es por ello que en Bouwer, por ejemplo, tanto aquellas personas que llegan como visitas para internos, como las que solo entregan paquetes, deben permanecer a bordo de los vehículos afuera del establecimiento, mas precisamente al costado de la ruta, hasta tanto el personal de seguridad les permita la entrada. Algo que RESUMEN ya cronicó en su momento.
No obstante, la queja de quienes a diario transitan por Ruta 36 y se topan con las largas filas de vehículos en esa zona, es constante. El malestar de los transeúntes no es por las largas colas en sí – ya que estas se realizan a un costado de la colectora- ;sino que sostienen que quienes se suman a aguardar para el ingreso a la cárcel lo hacen a contramano sin respetar a los demás conductores que transitan por la ruta. «Es un desastre, no solo autos sino también motos y prácticamente todo el día», reclaman.
Los conductores temen por la seguridad en la zona. Los penitenciarios sólo controlan el ingreso a la cárcel pero no las afueras, y claro, es que no les corresponde. Para la ruta está la policía caminera pero no hay una posta en la zona. «Esperemos que no ocurra una tragedia», denunciaron a RESUMEN.
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