
Esta normativa contempla la suspensión de la licencia de conducir y la inhabilitación del conductor, determinada por la autoridad de juzgamiento, con validez en todo el territorio nacional.
En la actualidad es la Policía Caminera quien se encarga de llevarla adelante en las rutas mientras que en cada ciudad la vigencia y funcionamiento debería ser regulada por el municipio; sin embargo, en nuestra ciudad, no se lleva adelante y tampoco se generó debate alguno sobre el modo en que debería funcionar.
“No tenemos los alcoholímetros homologados, eso es un producto importado que es dificultoso obtener, por eso la demora”, señaló el secretario de gobierno Roberto Urreta, y aclaró que es algo “difícil de regular” en las calles.
Más allá de las expresiones oficiales, trascendió que nunca fueron dispuestas las partidas presupuestarias para que la adhesión del Concejo Deliberante a la norma (que se festejó con bombos y platillos en aquella oportunidad) tuviera efecto real y concreto.
Las estadísticas
“En realidad hay más accidentes por manejar hablando por celular, que de gente ebria al volante”, resaltó también Urreta, sin embargo, al menos 1 conductor en estado de ebriedad ingresa al Hospital Illia en esas condiciones y hay, por lo menos, 2 accidentes relacionados al tema, por semana.
“Los accidentes a causa del alcohol disminuyeron un 30% aproximadamente en las rutas, no podemos decir lo mismo de lo que sucede en la ciudad”, resaltó el director del hospital Gastón Pereira.
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