El tema de la Biblioteca Sarmiento, y del juicio laboral que ha puesto en jaque su normal funcionamiento y –fundamentalmente- su futuro, está llegando a tiempos de definición.La semana pasada, en la Sala Sexta de la Cámara del Trabajo de la ciudad de Córdoba, dio inicio la etapa final de este juicio laboral a través del cual Ana Desiree Maldonado inició acciones contra la centenaria institución de nuestra ciudad.
La biblioteca, como es sabido, ha tenido que dejar su inicial emplazamiento hace poco tiempo en la calle Nieto, para trasladarse en forma provisoria a un inmueble que le fue prestado por la Sociedad Israelita en la calle Prudencio Bustos 345 de barrio Norte.
Esto, ante la imposibilidad de edificar y trasladarse para construir su propio edificio, ya que la demandante tiene embargado el terreno que la institución tiene en Av. Del Libertador, frente al monumento del Libertador Geeral San Martín.
El juicio
Ana Desiree Maldonado demanda, entre capital y costas, una cifra que ronda los $700 mil, un monto inalcanzable para que la institución pueda llegar a ningún arreglo. Para los desprevenidos, Maldonado reclama diez años de antigüedad por haber estado empleada “en negro” como bibliotecaria. Un reclamo absolutamente legal, aunque un tanto teñido con lo ético, siendo que durante ese período su madre, Olga Caballero fue la Presidenta y Directora de la Biblioteca que contrató sus servicios. Si a ello le sumamos que la demandada es una institución de bien público y declarada de Interés Municipal, el tema se profundiza aún más.
Entre lo justo y lo ético
Hoy, Desiree Maldonado es una afamada artista que vive en Nueva York, y desde allí acata los pasos a seguir que le marca su abogada, la Dra. Laura Hued. En la contraparte, representando a la biblioteca, tomó la causa en su etapa final el Dr. José Raúl Tissera.
El reclamo laboral es un hecho que casi no acepta reproches ya que Maldonado exige que le paguen por el período trabajado, tal cual corresponde; aunque quedan algunas definiciones flotando en el ambiente y tienen que ver con la ética (porque como ya dijimos fue su madre quien contrataba sus servicios), y también con el tiempo que esperó para efectuar el reclamo.
El próximo 22 de febrero serán los alegatos de los abogados, mientras que la sentencia de la Dra. Nancy El Hay se espera para el mes de marzo donde se definirá el futuro de la biblioteca.