La Cámara en lo Criminal y Correccional de 4º Nominación de la ciudad de Córdoba decidió declarar responsables del delito “Lesiones graves en riña agravadas por el uso de armas de fuego y la intervención de un menor de edad” a los cinco imputados por el disparo que dejó a Mayra Dominguez al borde de la muerte el 31 de enero de 2016 en barrio Córdoba.
Todos se encontraban detenidos mediante prisión preventiva impuesta por el fiscal que entendió en la causa, Alejandro Peralta Otonello, desde el mismo día de sus aprehensiones. Si bien la pena para los jóvenes es de tres años de prisión, la misma es de “forma de ejecución condicional” por lo que los responsables salen en libertad y cumplen ciertos requisitos impuestos en la sentencia que les solicita, además, llevarlas adelante durante cuatro años.
La medida, que es cuando menos cuestionable, establece entre otras cosas: mantener el domicilio constituido oportunamente y comunicar cualquier cambio del mismo al Juzgado de Ejecución Penal que por turno corresponda; someterse al cuidado del Patronato de Liberados; abstenerse de consumir estupefacientes o de abusar de bebidas alcohólicas; concurrir a la sede del Juzgado de Ejecución Penal que por sorteo corresponda a todas las citaciones que se le formularen; no cometer nuevos delitos; adoptar y trabajar en un oficio adecuado a su capacidad; abstenerse de concurrir al domicilio de la damnificada o a cualquier lugar donde la misma se encuentre, ni comunicarse de cualquier manera con ella, debiendo canalizar las cuestiones que se susciten entre ambos por medio de las autoridades judiciales pertinentes a fin de evitar la reiteración de hechos; abstenerse los coimputados (los hermanos Baldo, Medina y Suave) de mantener cualquier tipo de contacto con Altamirano (imputado responsable), y viceversa, ni concurrir a sus respectivos domicilios o cualquier lugar donde estos puedan encontrarse, debiendo canalizar las cuestiones que eventualmente pudieran suscitarse entre todos los involucrados en el suceso, por medio de las autoridades judiciales.
Asimismo, Altamirano, deberá retomar sus estudios y cumplimentar el ciclo secundario en su totalidad, bajo la modalidad más adecuada a su situación personal, teniéndose en cuenta la obligación impuesta. Entre las fundamentaciones de la decisión se menciona el nivel de gravedad de la riña callejera que tuvo la participación de un menor de edad y donde se utilizó un arma de fuego; sin embargo resalta que no hubo “intencionalidad” de lesionar a la damnificada.
El hecho
Mayra Dominguez acompañaba a una amiga a dejar los hijos en Colectividades y cuando regresaban, escucharon un disparo y segundos más tarde varios más (en total fueron entre 15 y 20). Cuando intentaron esconderse en la construcción que sirve de buffet de la cancha de San Lorenzo, Mayra notó un dolor en la espalda y dijo “me pegaron”.
Las jóvenes quedaron en medio de la balacera cuando dos conocidas barras del lugar peleaban; una vez que la joven se desplomó en el piso por lo sucedido, los autores se dieron a la fuga a distintos domicilios.
Mayra, que actualmente tiene 25 años y una niña de 7, recibió un balazo que no solo le produjo importantes daños en su salud, sino que también la destrozó emocionalmente; sin contar los problemas económicos que tanto ella como su familia enfrentan y que sobrellevan gracias a la ayuda de vecinos y familiares. Hoy su vida cambió, y trata de seguir adelante aunque tuvo que dejar la escuela, su trabajo y casi no sale de su casa por miedo a represalias. También debió pelear contra distintas crisis que le llevaron a autolesionarse en reiteradas oportunidades.
El caso tuvo varios cambios de Cámara hasta que se quedó en la 4º del Crimen. Fue elevada a juicio por el fiscal Peralta Otonello quien sostuvo la prisión a pesar de que los abogados de los detenidos hicieron varias presentaciones para que esa determinación se cayera. La presión fue tal que el magistrado a cargo de la investigación fue denunciado a Fiscalía General por los abogados.