Actualmente se encuentran estudiando en el establecimiento 204 alumnos. Este año, luego de seis de cursado, se recibe la primera promoción, con un título de nivel medio.
Y en 2015 se recibirán quienes ingresaron en 2009, con siete años de estudio, y un título que los habilita como técnicos agropecuarios especializados en teledetección, lo que les permite a través de una imagen satelital detectar sequías y heladas en el campo.
Las fumigaciones y el futuro del colegio
“La ordenanza planteada originalmente no afectaba el proyecto educativo, sin embargo se modificó el artículo 3, a raíz de una demanda impulsada principalmente por el socialismo local vetando el proyecto educativo de la escuela”, afirmó Pablo Mazzini, socio fundador de la Fundación Effetá.
A partir de la puesta en vigencia de la nueva ordenanza que impide fumigar a 1500 metros desde donde habita gente, el campo con el que cuenta el colegio ya no puede ser utilizado para agricultura, ni con fines educativos ni económicos. “El problema es que la escuela se encuentra actualmente sumergida en un riesgo pedagógico”, subraya Alicia Somaini, directora del establecimiento. “Aprenden en el aula, no como antes, cuando llevábamos los cursos al campo”.
En tanto Mazzini subrayó: “La escuela se mantiene por una alianza estratégica entre Municipalidad, CONAE, INTA y varias universidades, esta ordenanza pone en peligro todas esas alianzas”.
Se necesitan padrinos
Además de las donaciones que se aceptan en el lugar, el colegio abrió una línea de débito solidario con Tarjeta Naranja. Durante 2012 el 60% de los estudiantes fueron apadrinados tanto por personas particulares como por empresas. Ya sea con una cobertura del 25, el 50 o el 75 % del total de la cuota mensual, cuyo valor es de $160.
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