Hace 25 años Víctor Piccon recibió un «baile» en el Liceo Militar General Paz y quedó cuadriplégico, su padre, Augusto Piccon decidió iniciar acciones legales contra la institución y vivió momentos de tensión con autoridades judiciales: «Vino el juez Luis Rueda a casa a decirme si pensaba poner en el banquillo de los acusados al Ejército Argentino, lo denuncié en el Consejo de la Magistratura y ahí primero me felicitaron y después me votaron en contra. Me plantaron un testigo falso que lo salvó a Rueda. Así funciona la Justicia».
La lucha diaria
El cuidado de su hijo implica tareas diarias que solo sus padres pueden realizar: «Darle de desayunar implica una hora y media, lo mismo el almuerzo o la cena, hay que levantarlo, ponerle cremas, es muy sacrificado. El no mueve ni un dedo, para comunicarnos dice «A» si es un si, y mueve un dedo si es no. El ve, escucha y entiende todo, ve películas argentinas porque son las más pausadas y en castellano. Llora cuando hay un problema, se ríe cuando corresponde».
Decidir entre la vida y la muerte
Ante el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación avalando la «Muerte Digna» en un caso en particular, y sentando jurisprudencia, Piccon relató su experiencia propia: «Nosotros decidimos que teníamos que hacer el máximo posible, el estuvo prácticamente muerto varios días, esperamos que las nuevas tecnologías permitan darle más comunicación, yo quisiera que cuando me esté por ir de este mundo el sea autosuficiente. Tratamos de que lleve una vida digna».
Sobre las declaraciones que lo colocaron en boca de medios de toda la provincia, el historiador local sintentizó: «Yo estoy a favor de la muerte digna, y que solamente la familia decida que va a hacer. Cuando estábamos en el hospital vino la gente del Incucai a pedirnos los órganos y dijimos que no, dijimos que nuestro hijo estaba con vida aún, vamos a hacer todo lo posible, y no nos equivocamos. Ahora si la familia siente que no hay nada que hacer, será ella quien debe decidir; que no es nuestro caso». finalizó.
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