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Perpetua para el femicida de Valeria Oviedo: «Ella daba manotazos para salir del círculo en el que vivía, no merecía morir»

Luis Alberto Ludueña, un camionero de 36 años, fue condenado este jueves a prisión perpetua por asesinar a Valeria Oviedo, una joven de 21 años oriunda de Despeñaderos.

El tribunal de la Cámara Séptima del Crimen de la ciudad de Córdoba, integrado por Laura Uberman, Patricia Soria y Daniel Cesano, junto al jurado popular, entendieron que el crimen, que había sido aceptado por el mismo acusado, estaba enmarcado en un contexto de violencia de género (femicidio) y no en una legítima defensa como alegó la defensa del imputado.

El fiscal de Cámara, Sergio Ruiz Moreno, sostuvo la carátula con la que elevó a juicio el caso la fiscal de Instrucción de Las Varillas, María Cecilia Dupraz y pidió en sus alegatos la condena a prisión perpetua (35 años). Explicó que el crimen se enmarcaba en violencia de género: una relación asimétrica, en la que Ludueña se aprovechó de la vulnerabilidad económica, física y social de Oviedo.

Las querellas, por la madre de Valeria y por el padre, coincidieron en el pedido de la pena máxima.

“En la causa estaba comprobado el contexto de vulnerabilidad de la joven. Existió una relación de poder de Ludueña que se aprovechó de ello: de su asimetría económica y física, se aprovechó de la relación que él tenía con la madre de Valeria. Hubo un aprovechamiento desde lo sexual y el dinero a cambio nunca estuvo”, explicó Stefania Vesprini, abogada querellante por parte del padre de Valeria y que pertenece al estudio de Carlos Nayi.

Para el fiscal Ruiz Moreno en el juicio quedó en evidencia que Valeria vivía en un contexto de vulnerabilidad en la que familiares de su casa debían prostituirse para poder solventar los gastos. Valeria no quería esa vida para ella y trabajaba en una hamburguesería en Córdoba y vivía junto a una amiga, aunque no le alcanzaba para pagar el alquiler.

Esto intentó usarse en la defensa a favor del acusado, pero al contrario, el tribunal entendió que el acusado se aprovechó de ese contexto vulnerable y usó y agredió a la joven hasta matarla.

“Valeria daba manotazos para salir del círculo en el que vivía, quería otra vida para ella”, dijo una testigo del grupo familiar. Muchos resaltaron su personalidad y su tesón para hacerlo. Las penalidades y carencias que le tocaron vivir fueron muchísimas. No merecía morir, merecía que la vida le empezará a compensar por todo lo que le había tocado sufrir es la frase con la que inicié y con la que finalicé mi alegato”, explicó a La Voz Ruiz Moreno.

Ludueña tenía cuatro denuncias previas por violencia de género, un antecedente que él negó en las audiencias. Ya otras mujeres habían alertado al sistema por la agresividad del hombre y su menosprecio hacia las mujeres.

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