La ciudad del Tajamar, como popularmente se la llama, celebra este lunes los 431 años de aquel día en que desde España se les encomendaron las tierras de Paravachasca a Juan Nieto.
Todos los ojo hoy están puestos en la gran inauguración del Cine Teatro Monumental Sierras, hito histórico elegido para los festejos de este año.
A partir de las 20 horas habrá shows y sorpresas para una larga lista de invitados que incluye no solo a autoridades, sino a muchos vecinos de la ciudad que esperaron durante horas poder conseguir su entrada.
Las celebraciones continuas hasta el 12 de abril.
La historia
Su historia se remonta al año 1588, cuando las tierras de la zona fueron otorgadas por merced a Juan Nieto. Posteriormente, en el siglo XVII, constituyó una de las grandes estancias jesuíticas. El origen de Alta Gracia como ciudad es muy particular, ya que creció como tal a partir de una Estancia Jesuítica.
El origen de la Estancia de Alta Gracia está en la donación efectuada por don Alonso Nieto de Herrera de su estancia personal en el momento de ingresar a la Compañía de Jesús en 1643. Aprovechando este establecimiento rural, los jesuitas desarrollan un nuevo plan de construcciones que sirvieron a los fines productivos buscados. Sobre todo para la creación de un obraje destinado a la producción textil, aunque la agricultura y la ganadería, en especial el comercio de mulas, fueron las bases de su economía. El núcleo de la antigua estancia ha quedado inmerso en la ciudad. La iglesia preside la plaza central, y a su costado la residencia es hoy museo del mayor interés arquitectónico e histórico. En una de las calles laterales, el antiguo obraje es sede de un colegio.
La estancia de Alta Gracia fue uno de los centros rurales más prósperos de la campaña cordobesa, tenía como objetivo el sostén del Colegio Máximo (Jesuita) , que luego se transformaría en la primera universidad del territorio argentino y mantenía un fluido intercambio económico con las otras estancias jesuíticas.
En 1810 la Estancia fue adquirida por Santiago de Liniers quien vivió unos pocos meses en la casa.
En 1820 José Manuel Solares compró la propiedad a la familia de Liniers, siendo el último dueño. Por voluntad testamentaria decidió el deslinde de los terrenos para la conformación de una villa, hoy ciudad de Alta Gracia, quedando la residencia en el centro del núcleo urbano al que dio origen. Durante cien años los Lozada, herederos de Solares fueron los propietarios de las construcciones jesuíticas y tierras adyacentes.
En 1969 la Nación Argentina expropió a sus dueños la residencia, convirtiéndola en Museo, inaugurado oficialmente en 1977. Su importancia radica fundamentalmente en su valor arquitectónico, que se preserva fiel a la estructura original.
El 2 de diciembre de 2000 como parte del sistema Jesuítico Cordobés, Alta Gracia, las otras estancias y la Manzana de la Compañía: Iglesia, Capilla Doméstica, Residencia de los Padres, Rectorado de la U.N.C. y Colegio Monserrat, fueron declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.