Vecinos de distintos barrios de la ciudad manifestaron su preocupación en las últimas semanas luego de advertir que el agua que salía de las canillas de sus hogares tenía una coloración amarronada. Las quejas de los usuarios fue replicada a través de las redes sociales generando un malestar generalizado.
Consultado sobre este tema a quien está encargado del área técnica de la COSAG, Marcelo Carranza, manifestó que la turbiedad se debió a las crecidas que se produjeron luego de las últimas lluvias. “A raíz de las lluvias copiosas existe un residual que deja la misma crecida y que se puede observar cuando decanta. Se pudo ver en barrios bajos como Parque San Juan, Parque Virrey o Lalahenes.
También se nota esta coloración cuando se hacen matenimientos y abrimos los desagües, como así también, cuando hay una rotura de un caño y se debe arreglar es posible que ingrese algo de tierra. De todos modos, esto no dura más de dos o tres horas y no es riesgoso para el consumo porque diariamente se realizan los análisis correspondientes. Es sólo el color, el agua es totalmente potable”, dijo.
Por otra parte, Carranza evaluó la temporada estival como positiva en cuanto al trabajo que llevó adelante la Cooperativa. “Se hicieron obras de infraestructura en Villa Camiares lo que permitió solucionar un problema de años, la planta de potabilización trabajó normalmente y no hubo grandes problemas”, manifestó.
En este sentido, hizo hincapié en la necesidad de que los vecinos hagan un uso responsable del agua ya que muchas veces el llenado de piletas, lavado de vehículos, riegos son innesearios. Por ello, apuntó en la necesidad de avanzar con el proyecto de colocación de medidores. “Es un proyecto que depende de la voluntad política y nosotros colaboramos desde lo técnico”, dijo.
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