Tal como había adelantado Resumen en una nota anterior, un encuentro entre autoridades de la Municipalidad de Alta Gracia y la Comisión Directiva de la Biblioteca Popular Sarmiento se produciría esta semana. Y así: Maximiliano Caminada y Ana Catureli recibieron a una delegación, entre quienes se encontraba Graciela Cipoletta, actual presidenta del espacio que aun funciona al lado del Obraje, en un inmueble perteneciente al Obispado tomado por la humedad.
Para Cipoletta, la reunión fue “un paso muy importante en el plano institucional, porque la gestión anterior de Walter Saieg se había comprometido con nosotros a algo, pero ahora debía ratificarlo la gestión que encabeza Facundo Torres”.
En concreto, “La Sarmiento” se llevó de la reunión el compromiso, de boca de Caminada y Caturelli, de concretar durante el mes de marzo las cuestiones pertinentes para que la biblioteca, a más tardar, pueda estar en los primeros días de abril funcionando en la sede la de Asociación Israelita (Prudencio Bustos al 300), donde anteriormente funcionaba el “Programa del Sol”.
“La Municipalidad se comprometió a pintar el lugar, arreglar el techo y cortar el pasto, tal como ocurre cuando uno firma el contrato de alquiler por una casa. En este caso, se firmó un comodato, se realizó un acuerdo por tres años”, comentó la flamante presidenta, en diálogo con este medio. Y agregó: “El padre Marcelo Siderides, por su parte, se comprometió a ayudarnos con el traslado de libros, y el intenso trabajo que implicará acomodarlos”.
Recordamos al lector que se trata de la biblioteca más grande del Valle de Paravachasca, que cuenta con más de 40.000 ejemplares y 84 años de existencia. Desde hace 27 está inscripta en la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), pero por un juicio laboral realizado por una de sus ex integrantes, no puede recibir subsidios ni ayuda nacional mientras no se destrabe la situación legal.
Según la Ordenanza Municipal Nº 6862, la Biblioteca Popular Sarmiento es “Patrimonio Cultural de la ciudad de Alta Gracia” Seguramente por eso, y por su historia, las autoridades municipales han decidido aportar su granito de arena para garantizar su continuidad.
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