River-Boca ya es la final más hablada de la historia. Y no por virtudes. Sino, por problemas. El partido de vuelta de la final, que se iba a jugar a las 17 en el estadio de River, finalmente fue postergada.
La razón fue la agresión que sufrió el plantel de Boca en el ingreso al estadio. Al bus le rompieron los vidrios, la policía reprimió y los gases llegaron al micro y produjo el malestar en el equipo. Todo pasó luego de las 15.30.
Pablo Pérez, capitán y referente de Boca, fue uno de los más afectados, incluso debió ser atendido en una clínica. En ese escenario, el partido se postergó.
(Mundo D)
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