Sociedad

“Yo no maté al padre Cortés, todo el mundo saben quién fue”

A un año y cuatro meses de que la Justicia declarara culpable y sentenciara a cadena perpetua a Edgar “Pinguchi” Diaz por el homicidio del sacerdote Luis Cortés; el detenido, desde Bouwer habló con Resumen y repitió su versión de los hechos. Acusa, sin más, a su padre del homicidio y pide que el TSJ revea su pena. Con un tono mucho más tranquilo y elevado lingüísticamente que en noviembre de 2016 cuando estuvo en el banquillo de los acusados, el joven (que fue padre hace seis meses) dice que todas las pericias indican que él no estuvo en el lugar de los hechos, y se pregunta “por qué protegen tanto al “Gringo” Diaz”.

¿Qué pasó el día de la muerte del sacerdote Luis Cortés?
Ya lo dije en el juicio. Mi papá me dio cosas para que llevara a Carlos Paz, no sabía de dónde eran, tampoco sabía que era para venderlas. Me dijo que las lleve, y las llevé. Los testigos, también lo dijeron.
¿Quién mató al padre Cortés entonces?
Yo no maté al padre Cortés, todo el mundo sabe quien fue. Fue “El gringo” Díaz. Nunca entendí porque lo protegen tanto.
¿No estabas en el lugar del crimen entonces?
No, y no hay ninguna prueba de que haya estado. La Justicia lo sabe. Si hay pruebas, en cambio, de que mi papá estuvo en el lugar, pero nunca quisieron investigarlo; y encima, tomaron su declaración como verdad absoluta.
¿Pero por qué crees entonces que se te acusó a vos?
Porque había que encontrar un culpable. La prensa, la gente, todo el mundo exigía un culpable. El mismo fiscal Drazile me dijo “yo se que vos no fuiste, confesá”, pero no quise, se trataba de mi papá; de todos modos después entendí que a él jamás le importó nada ni de mi ni de mis hermanos; la prueba es que -cuando se enteró que lo buscaba la Policía por este homicidio- se presentó a declarar en la Fiscalía de manera espontánea y dijo que yo era el culpable. Ya lo hizo otras veces, para salvarse, hunde a quien tiene al frente.
De todos modos, tenías antecedentes. Fuiste partícipe de varios hechos delictivos en la ciudad. Digamos que no estaban apresando a un perejil…
Si, es cierto ¿pero vos sabés de qué causas se me acusó? arrebatos, robos menores…jamás tuve participación en algo tan grave como ésto, por el simple hecho de que no lo haría. La historia de mi infancia y adolescencia fue complicada, no quiero caer en que eso fue lo que causó después que cayera en la delincuencia, pero inevitablemente tengo que decir que si. De todas maneras, antes que me detuvieran hacía tres años que estaba en libertad y nunca más había cometido ningún delito. Comencé a tratarme, terminé de estudiar…hasta que apareció este tema, y acá estoy. Hubo cosas en el juicio (más allá de esto que ya mencioné de no investigar a quien realmente había pruebas) que todavía dan vueltas en mi cabeza…
¿Por ejemplo?
Por ejemplo, el último día, la hermana del sacerdote habló, estaba muy emocionada, se le cortó un par de veces la voz. Contó cosas que tienen que ver con las obras de bien que había hecho el cura en vida y también dijo que no había rencores, que perdonaba a los culpables. Quiso seguir hablando, pero el Dr. Villar la frenó.
¿Creés que contando todo ésto y teniendo en cuenta tu presentación judicial vas a lograr que la justicia reabra la causa?
Por ahora todo sigue igual, y tengo muchas dudas de que se llegue a algo. Aceptaron la presentación judicial, solo tengo que esperar los términos legales. Más allá de lo que se logre o no, yo se que estoy diciendo la verdad; y además todas las pericias están a favor mío, no hay ninguna prueba de que yo haya sido el responsable de ese homicidio; lo resolverá el Tribunal Superior si logramos que se revea la causa. Luego de que hiciera pública mi posición sobre este tema, habló el abogado querellante en esa causa, el Dr. Daniel Villar, y dijo que dejáramos de darle vuelta al tema. Se entiende que defienda la otra parte, es su abogado; pero lo que no se entiende es cómo la defiende. Habló de que a mi se me había secuestrado una cinta y que las huellas en el lugar eran mías, cuando se comprobó que no era así. Las huellas encontradas no eran ni mías ni del chico al que se lo imputó de encubrimiento. Me indigna mucho eso, porque en lo expedientes no aparecen las cosas que él sostiene como verdad. Si yo fuera abogado me daría vergüenza salir a decir lo que dice, o tratar de sostener esta acusación con algo que no tiene sustento.

Foto: El momento en que Pinguchi lleva adelante un careo con su padre frente al Tribunal, días antes de que fuera declarado culpable y sentenciado a cadena perpetua. Fue uno de los pocos careos que se dio en la historia judicial de la provincia entre padre e hijo. 

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