Día a día en transcurso de ir y venir por las calles de la ciudad podemos observar que hay niños trabajando, recorriendo bares, kioscos y locales comerciales en general.
Están ahí, ofreciendo desde bolsas de consorcio hasta agujas y en el caso no poder concretar una venta piden por favor si no le poder ayudar con otra cosa.
Desde distintos bares los comerciantes aseguran que el fenómeno se acrecentó, en el transcurso de lo que puede durar un café en una mesa es posible que hasta tres niños o adultos se acerquen ofreciendo algún articulo para la venta.
Por otro lado, muchas veces los clientes no saben cómo manejarse ante esta realidad: «Por un lado cuesta decirles que no y uno se tienta en colaborar pero también está claro que no se puede colaborar con el trabajo infantil. Uno se pregunto ¿qué hacen estos niños en las calles?», afirmó Claudia quien estaba sentada en una mesa de un bar céntrico.
De hecho, la mayoría de las veces los niños se van con algunas de las galletitas o los dulces que vienen incluidos con el café y en el mejor de los casos alguien les invita un desayuno.
Queda para preguntarse ¿el Estado dónde está? y como puede ser que cientos de vecinos, autoridades y funcionarios que los ven no hagan absolutamente nada
Más allá de que estén o no vendiendo, de por sí el hecho de que estén en la calle con frío y no en un aula o en un hogar es algo estremece. Hace unos meses atrás hubo un operativo en Av. Belgrano en el que se le decomiso mercadería a un jovencito menor de edad, si la única acción posible es quitarles lo que tienen para vender para luego dejarlos en donde están está claro que el Estado en todas sus manifestaciones locales, provinciales y nacionales están fallando.
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