Ni jubilado, ni pensionado ni asalariado: ¿Cómo transita la cuarentena la franja de entre 50 y 60 años?

La cuarentena obligatoria en Argentina inició hace exactamente diez días y, con ello, la sociedad se vio en medio de una situación nueva; en la cual lo único importante es cuidarse y prevenir lo más que se pueda la propagación de la pandemia del COVID-19.

Sucede que la crisis sanitaria trajo consigo la económica y, como en todo, hay sectores más perjudicados que otros. Vendedores ambulantes, changarines, microemprendedores, etcétera, comprenden el núcleo menos favorecido en esta historia; aquellos que se ganan el «día a día» trabajando por cuenta propia.

Pero, sin embargo, hay una franja etaria que se ve más vulnerable aún y que, por lo general, es pocas veces tenido en cuenta. Personas de entre 50 y 60 años (hombres y mujeres) que no perciben pensiones ni subsidios de ningún tipo y por la edad, tampoco pueden jubilarse.

María y «Pepe», ella ama de casa, el albañil. Ambos con hijos grandes y hasta nietos. Personas que seguramente trabajaron toda su vida pero en el empleo informal y jamás estuvieron registrados. Hoy, el sistema laboral los excluye a ambos por estar «grandes», lo que los obliga a seguir en la «clandestinidad», la misma que los llevó la gran parte de su vida  al rebusque diario. Vivir el día a día o «de los que los hijos les dan», de eso se trata.

Ni María ni Pepe cuentan con los requisitos tampoco, para acceder a la tarjeta alimentaria ni a ningún bono del Gobierno, pues no tienen niños a cargo entonces el Estado entiende que «no hay tanta necesidad en ese sector». Sector que muchas veces consigue apenas para comer. Hoy, en cuarentena preventiva y obligatoria, la pregunta sigue siendo ¿Quién se acuerda de ellos?

$10 mil pesos «de emergencia»

Tal parece que esta vez el Gobierno Nacional incluyó a María y a Pepe en la ayuda económica de emergencia puesta a disposición también para trabajadores informales y monotributistas. Una ayuda que significará seguramente un respiro pero que llegaría a mediados de abril. El mientras tanto siempre es duro, el mientras tanto siempre cuesta pero si lo comparamos con la nada en la que viven, el mientras tanto es más esperanzador; aunque se trate de una ayuda por única vez.

 

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