El presidente de la comuna de Villa del Prado visitó los estudios del programa radial matutino «Todo Pasa» y habló sin tapujos con el equipo de «Todo Pasa».
El mandatario estuvo a cargo de la comuna de Villa del Prado desde el año 2009 y dos años antes como tesorero, «llegué acompañando a una flamante jefa comunal Hilda Páez Macías, entré a ayudarle, era muy amiga de mi vieja y de mi familia, primero ingresó como interventora, yo militaba desde el ´93 con pegatinas, me mintió y me metió en la lista (risas). En el año 2007 íbamos perdiendo por nueve votos y en la última urna había diez de diferencia para nosotros y ganamos por un voto».
Sobre cómo era la localidad en ese entonces, contó: «No ingresaban ni los colectivos ni los taxis, te dejaban en la ruta, no había alumbrado público, la atención en el dispensario era dos días a la semana, el consultorio odontológico era chico, tenía un metro y medio por dos y un tacho con agua para que se enjuagaran los dientes, no había tendido de agua potable, era agua de pozo que se daba una hora a la tarde y una hora a la mañana, a veces sí y a veces no. A la escuela se le daba agua con una cisterna, a través de una empresa. Era muy triste, éramos muy pocos vecinos, casi todos ladrilleros, los gobernantes no tenían ingresos para hacer obras».
«Yo entré a laburar en el aserradero a los 14 años y me quedé hasta los 30, luego ya trabajé para la comuna. En un momento, Hilda me dijo que necesitaba ayuda, que me hiciera cargo ya que ella tenía que viajar a Buenos Aires. Me senté en la computadora, me puse a hacer números y hablé con una empresa para que arreglara las calles…primero se me enojó y después cuando todos la felicitaron, se le pasó. Me llevaba a todos los eventos, a todos los encuentros regionales, no tenía vida, me van a echar de mi casa (risas)» continuó.
Luján narró que Páez Macías le repetía los últimos 6 meses que ella «se iba a morir y él iba a quedar a cargo». «Un viernes me firmó un montón de cheques y me dijo que me los firmaba con tiempo para que yo pudiera continuar su mandato. Ese viernes a la noche apagué el teléfono y no me importaba que ella se enojara. El sábado se enfermó y el domingo le dió un paro cardíaco. Me fueron a buscar el domingo y llegué directamente al velorio. Dejó todo listo para que yo pudiera seguir, para pagar las deudas y a los empleados».
Con respecto a su pasado y presente, relató: «Yo vengo de la mano del gordo (Eduardo) Luppi, reconocido a nivel local, provincial y nacional, ya que fue diputado y vicegobernador por unos días… él fue el creador de la comuna de Villa del Prado y de Los Cedros. Cuando nos hicimos cargo con Claudia Cuffa de la Unión Cívica Radical Departamento Santa María, alternando como presidente y vice, eso creo generó mucho celos, se pensaron que queríamos hacer lo mismo que Luppi y ni ahí, no le llegamos ni a los talones. Cuando me tocó dirigir, fue en un momento muy difícil de la comuna, había cortes de ruta y manifestaciones por la falta de agua. Cuando conseguí traer el agua desde Alta Gracia, nuestros caños no aguantaban la presión. Fue entonces (cuando arrancó el conflicto) que la vicepresidenta me pidió la firma para recorrer ella el Departamento Santa María. En el acto de Alem yo tenía que hablar sobre el departamento y no me llamaron para hablar en el discurso…me dijeron que maltraté a Abra («Chochi» Molina)…tengo todos los mensajes, nunca la trate mal. Se hicieron muchas reuniones a mis espaldas, busqué ayuda más arriba, no me dieron importancia. Siempre presente el dedo intervencionista de Alta Gracia: una trituradora de dirigentes, como decía Cuffa, había que estar sometidos. Yo me gane el lugar y no iba a dejar que me dijeran lo que tenía que hacer».
Respecto a su relación con el referente Leandro Morer, quien trabaja junto a él en la comuna, dijo: «Es un amigo, pero lo abracé como profesional. Muchas veces me lo dijeron, ´qué amigo que tenés y con tu amigo no vas a ir a ningún lado´. Yo no mezclo el trabajo con la amistad, menos ahora que estamos en veredas distintas». Siguiendo en la misma línea, sobre los resultados que obtuvo el radicalismo en Alta Gracia en las elecciones municipales y la idea de «trituradora de dirgentes», Luján afirmó que si hay relación, que quien más medía era Morer y él debería haber encabezado, «no dividir y romper«.
El presidente de la comuna de Villa del Prado contó también que lo quisieron desafiliar de la UCR: «Sigo siendo radical y por ello armé el ´Radicalismo Auténtico´ junto a Myriam Prunotto. Me traicionaron mucho, en cambio, desde Hacemos Unidos Por Córdoba, jamás hicieron diferencia conmigo, como si siempre hubiera estado en ese espacio, se me respeta mucho. Facundo Torres ha estado siempre y dividió siempre lo político y lo personal. Estoy muy agradecido a Facundo, a Carolina Basualdo y a Walter Saieg en su momento, que aunque estaban del otro lado siempre estuvieron presentes».
Sobre su gestión, Luján afirmó que se está finalizando la sala de jardín de infantes: «Tuvimos muchos inconvenientes y por fin se está terminando el aula con bañito, la inauguraremos el 4 de diciembre. Están en gestión dos aulas para el IPEM, faltan reajustes, saldrá unos 15 millones de pesos, eso le quedará terminar a la siguiente gestión. También tenemos pedido el predio para el Polo Educativo, para que se haga el primario. Está tramitado el dispensario en Los Olivares a nivel nacional. En poco tiempo se instalará la antena teléfonica, un eterno problema en el sector es la falta de conectividad. Se construirá un barrio con una cisterna detrás del barrio Mujica de UEPC de Alta Gracia que colinda con la localidad y una planta de gas para dar el servicio a unas 500 manzanas».
Finalmente, sobre su futuro, aseguró: «He tenido conversaciones con Martín Llaryora, con Myriam Prunotto y con Facundo Torres, quienes me dijeron que desde el 10 de diciembre me llamarán para colaborar en la provincia. Apoyo va a haber, saben lo que he hecho y quién soy». Con respecto a las últimas elecciones en su comuna, manifestó: «Yo tenía mucha fe en Sandra, fuimos con lista única, mucha gente votó a la lista de ganador a Schiaretti y no marco a la lista de Sandra. En la próxima elección veremos si se presenta ella o yo. Hoy dependo de ellos. Quiero volver a Villa del Prado, por los vecinos, que son los que me votaron durante tantos años. Y volver cuando sea intendencia, la pelee mucho cuando era comuna».
«El golpe más duro de la vida, que uno nunca espera, es perder a un hijo»
Nelson Luján recibió en junio del 2020 -inicio de la pandemia del covid19- el golpe más duro que nadie puede esperar: falleció su hijo Brian. «Era mi amigo de viaje, íbamos juntos para todos lados, era el nexo con mi ex mujer».
Y por primera vez, tras tres años y medio, decidió contarlo en el aire de «Todo Pasa». «Fuimos a Villa Gessel y yo ya lo veía pálido. Y él quería festejar su cumpleaños en el boliche Güemes, porque iban a actuar las ´Culisueltas´. Yo fui y participé y al otro día festejamos el cumpleañitos del hermanito, Misael en el García Lorca y él no apareció. A las 14 horas, me llamó para explicarme que estaba descompuesto y yo no lo escuché. A la 1 am me llama nuevamente diciéndome que estaba muy mal, que vomitaba sangre y quedó internado en el hospital, ese 2 de marzo. Ese mismo día lo trasladaron a Córdoba».
«Me agarró la pandemia. Él necesitaba unas máquinas que no se conseguían, tenía muy bajas las defensas, no tenía plaquetas, no coagulaba la sangre, tenía un cálculo renal, una artritis reumautoidea en la rodilla, se tomaba una caja de Actron por día y eso lo mató por dentro. El fallece porque se le juntó líquido en los pulmones y le agarró un virus intrahospitalario» narró.
Cuando controlan la enfermedad y todos éstos síntomas, le dan el alta. Pasan unos días y «me dice que no aguanta el dolor en la rodilla y lo llevamos de nuevo a la Clínica Vélez Sarfield. En cama fría, le agarra fiebre y le vuelve a agarrar un virus intrahospitalario. Tenía líquido en los pulmones y le sacaron un litro y medio de líquido».
«Nuevamente una segunda vez, a fines de junio, se vuelve a sentir mal y me dice que tenía líquido nuevamente, no podía respirar, sentía dolor. Le hicieron estudios y me dicen que no tenía nada. Fue un momento muy duro, habían cerrado Villa del Prado, en el hospital no había gente, el aire acondicionado estaba roto, ya no sabía cómo bajarle la fiebre. Y él me dice: ´Papá yo tengo líquido en los pulmones, no estoy loco´. Al otro día me dice: ´Ya me cansé, me voy a ir, me voy a morir y no es culpa tuya, me van a dejar morir´. Yo iba y volvía, trabajaba un rato en la comuna y dormía muy poco» continuó.
«Llega su mamá y se queda a cuidarlo. Él ya sabía manejar la máquina, reguló la morfina y durmió toda la noche. Su madre me llama y me dice que está bien, que estaba desayunando. Pero más tarde se descompensó y lo pasaron a terapia. A las 21 horas me volví a casa, presentía que algo malo iba a pasar, cierro el portón y no escuché el teléfono porque le estaba contando a un amigo la situación. En eso, mi hermano salta la tapia y me dice que nos vayamos al hospital, que me estaban llamando. Me cambié y salimos. Llegué al nosocomio, me cansé de golpear las puertas, salió un doctora enojada y me dijo que lo había intentado entubar y que tenía los dos pulmones lleno de líquido, que había muerto y se fue y nos dejó solos. Me abracé a una columna y grité. Le podríamos hacer juicio a la clínica, pero nada me devuelve a mi hijo».
«Él me había dicho: ´No llores, vos hiciste todo, no es tu culpa. Rehacé tu vida y sé feliz´. Se me reapareció muchas veces y me dijo que no llorara. Usaron ésto políticamente diciendo que yo me había borrado de la comuna al principio de la pandemia. Di sangre, tiempo, trabajo. No entendía nada. Dijeron que mi hijo tenía sida, que había sido por una sobredosis. Nunca quise decir lo que el tenía por respeto a él. Me dejó en la camioneta un CD de la Banda XXI con un tema que decía que en su muerte había que hacer una fiesta…incluso en la inauguración de la comuna, uno de los empleados cuelga un cuadro con una foto y dice que lo vio a él sentado ahí de espaldas, sigue al lado mío» concluyó.
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