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Memorias afro recorriendo las acequias de Alta Gracia

La cita es este viernes 11 de noviembre a las 8.30 horas, en el vado del arroyo Buena Esperanza. Desde allí recorrerán las acequias hasta el Museo de la Estancia Jesuítica y Tajamar.

La actividad es organizada en conjunto entre la Municipalidad de Alta Gracia, la Escuela Manuel Solares, el Colectivo 8 de noviembre, artistitas y público en general.

Está destinada al personal de los museos, docentes, Escuela de Turismo , artistas y a la comunidad interesada en general, Dirección de Turismo y Cultura, Secretaría de Deportes, medios de prensa, entre otros.

Las acciones se vienen realizando a modo de intervenciones colectivas urbanas en nuestra ciudad desde 2014, con motivo de la celebración del Dia de la liberación de los Afrodescendientes. Desde el 2013 está declarado por el Ministerio de Educación de la Nación.

Centrados en la problemática de los museos y territorio, este taller-caminata se propone con la mirada enfocada en abordar a los museos como espacios complejos a cielo abierto; más aún repensar los museos y sus roles en la post pandemia.

Los objetivos son, reflexionar y enriquecer la mirada sobre los modos de vida y trabajo de los esclavos afros y comunidad aborigen de nuestra ciudad en siglos pasados y su legado.

En el encuentro se desarrollarán conceptos teóricos que se plasmarán en una práctica concreta sobre el espacio recorrido y vivenciado.

Se intenta recuperar en el imaginario a estos cuerpos ignorados, sus nombres, actividades, donde se podrá intercalar un modo de precepción entre tiempo-memoria y espacio, entre lo vivo, lo musical, lo plástico y las formas teatrales, caminando sobre los lugares que ellos trabajaron, integrando con nuestros cuerpos y sentires.

Tratar de mostrar lo que no se dijo, ni vio, entrometerse en el espacio de los otros, de las voces, los nombres de los silenciados. Enfrentar lo negado, donde lo ético se vincula a la resistencia.

En un primer momento, se realizará la presentación del espacio Arqueológico Comechingón, Parque García Lorca, hasta que se juntan los dos arroyos, declarado de interés cultural por la Municipalidad de Alta Gracia.

En esta zona se presentará el período prehispánico de la historia de nuestra comarca: reconocimiento in situ de los morteros de los indígenas que servían para la molienda de granos.

Los objetivos culturales que se consideran para esta instancia son el acceso a los primeros usos del agua en nuestro espacio, el análisis de los vestigios y usos productivos dejados por los comechingones.

Se destaca además, el aprovechamiento de los bosques, de las hierbas, y del agua en la conformación de la zona, el uso de las grutas, aleros, para crear el hábitat, sostenido además por la caza y la recolección del chañar, piquillín, molle y algarroba y el maíz principal alimento de América.

A través del trayecto, se podrá observar y reparar lo olvidado, lo desconocido, desarrollar una mirada hacia los fragmentos del pasado, sobre lo que hoy encuentro, y lo que voy aprendiendo, dando margen al descubrimiento, la experiencia ante la naturaleza, para la comprensión del legado de los hombres y mujeres que habitaron este espacio.

En un segundo momento, se llevará adelante el recorrido Jesuita, La ingeniería del agua: en esta parte, el aporte de aprendizaje estará relacionado con la antigua acequia, trama efectuada para llevar el agua desde el encuentro de los dos arroyos al Tajamar.

Día del afroargentino y el afroamericano

Con el objetivo de unir el  recuerdo de la presencia de los esclavos en Alta Gracia, se centran en la apropiación y conformación de memorias y espacios en relación con la producción de la otrora Estancia Jesuítica de nuestra ciudad, conmemorando además a  María Remedios del Valle, hija de esclavos y nombrada Capitana del Ejército de Belgrano, por su arrojo y valor en el campo de batalla (8 de noviembre).

Esta experiencia propone activar imágenes invisibles para reconocer aquellos sitios donde trabajaron con fines productivos, entre 270 y 300 esclavos, bajo la tutela de tres frailes.  Así intentamos develar la memoria oculta en sitios y paisajes de nuestra ciudad, que muchas veces recorremos sin percibir las huellas de aquellos hacedores.

Estos regadíos de producción, implican una tecnología, un hacer, un espacio que se hace labor. Cada ladrillo, piedra, teja, fue hecho y colocada por mano de obra esclava. Aquí producían, sentían, vivian familias esclavizadas, cuyo lugar de hábitat destinado, es la manzana donde hoy funciona la Escuela Manuel Solares.

Estas tierras fueron destinadas a la producción de alimentos, por el aporte y la capacidad transformadora del agua. La producción de dicha gran obra de inginiería hidráulica, es desconocida por gran parte de la población, aún después de cuatrocientos años sigue en funcionamiento.

Re pensar el pasado histórico y la participación de los afro-esclavizados nos permitirá renovar nuestra memoria y echar una mirada sobre el presente, problematizando como el cuerpo esclavizado ingresa en las lógicas productivas del “nuevo mundo”.

El recorrido segurirá a la acequia invisible, que alimenta al Tajamar, construido en 1659. Dicho embalse fue el primer desarrollo económico de la Estancia, donde funcionaron dos molinos y un batán. Siendo una de las mayores productoras de mulas, ganado y cereales. También los pondrá en contacto con otros saberes que se desarrollaron en la Estancia como fabricar jabones, velas, curtir cueros, aperos, riendas, sillas de montar, frenos, cinchas, que forman parte del atuendo de caballos, oficios como panaderos, albañiles, boticarios, picapedreros, tejedurías de lanas, ponchos, alfombras, donde tendremos la intención de recordar y valorizar como base de nuestra identidad ligada a la producción y fue silenciada.

 

 

 

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